28 noviembre 2008

Complacencia Für Elise

Comenzamos con las complacencias de “Pidala y Escuchela”. La selección de hoy va para Elisa desde su nueva ciudad, quien fue la primera en pedir rola la semana pasada. Los demás vendrán conforme a la lista, y conforme me voy acordando, se que algunos de ustedes han pedido con anterioridad, y les cumpliré, tarde pero sin sueño, y creo que para lograr tal tarea, vamos a tener que postear podcast con mayor frecuencia, asi que esten pendientes mas seguido de este su espacio.

Les dejo aquí como siempre, el link para el podcast directamente en Radio Retro, también les dejo el podcast aquí adjunto, para que le hagan click en el barrita que tiene el botón verde de “play” para que lo escuchen de viva voz, y también les dejo el video de “TuTubo”, que es una delicia de video.

Espero les agrade, sigan sintonizados a Radio Retro, desde este su Ático.

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21 noviembre 2008

Vuelven los Viernes Musicales

Como que esto de la separación de bienes no ha sentado muy bien, al menos no todavía, creo que falta algo de camino por recorrer, pero al menos se que Radio Retro sigue ahí como depositario de todos estos recuerdos musicales.

Por lo mismo es que volvemos con los Viernes Musicales, de aquí a lo que reste del año, después ya veremos, pero hay varias cosas preparadas para estos días. En estas fechas que comienzan a ser de fiestas, voy a dejar el micro abierto, y como se acostumbran los regalos, voy a hacer una especie de lista de Santa Claus y vamos a abrir un espacio de “pídela y escúchala”. Así que si tienen una canción en mente, de preferencia ochentera o de principios de los noventas, y que no sea muy complicada, pues háganmelo saber y se las ponemos al aire, bueno, al podcast.

Puedes dejar tu petición aquí como comentario, o también como comentario en el link de Radio Retro. Habrá chamba pero todo será por alegrar un poco el corazón y el momento, de tanta cochinada que sucede en nuestra comunidad y en el mundo entero. Me doy cuenta que vale mas lograr una sonrisa que preocuparnos de mas por lo que esta pasando y lo que vendrá, si se esta bien en el momento, las decisiones fluirán de mejor manera, y nuestra sonrisa puede contagiar a los demás, y que mejor si lo hacemos por medio de la música.

Y pues como el espacio es mío, pues abro pista con esta rola que me encontré en “Tutubo” que esta en formato “unplugged” o con puros instrumentos acústicos, y la rola suena de poca madre. Yo fui fan de esta banda, obvio, allá por los ochentas, me gustaba mucho ese sonido que tenían de rock and roll clásico, con letras sencillas y requinteos con ese efecto de guitarra “wa-wa”. De este grupo hay muchas rolas que pegaron mas, o que pueden ser consideradas mejores, pero esta me gusto, como dije, por la letra y por como se escucha en la versión acústica.

Los dejo pues con esta banda originaria de Champaign Illinois (USA), y esta rola que data de 1978, pero con esta versión acústica mas recientemente grabada para una sesión de radio satelital XM, la claridad del sonido es excelente y la versión esta exquisita. Por lo pronto yo ya le pedí a Santa la “Fender” que se carga Kevin Cronin, falta que me la traiga, pero bueno, se vale soñar, y mas con este tipo de rolas.

Un abrazo a todos y no dejen de mandar sus peticiones, esas si serán contestadas de viva voz en los próximos podcasts.

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11 noviembre 2008

Descanso Dominical?


Y como buen fanático practicante y amante del fútbol, voy a practicar este deporte hasta que el cuerpo aguante, hasta que mi rodilla diga ya no mas, hasta que mi corazón me diga “ya párale cabrón ya no te puedo seguir el paso”, hasta que los triglicéridos cedan el paso, hasta que no tenga mas balones, se ponchen todos o me los escondan, y si así fuera, me compro otro, o me fabrico uno de trapo.

Bendito el fútbol, porque ahí desahogo mis penas como en una botella de tequila, me divierto, y soy el amo y señor del potrero. Golpes van, golpes vienen, se aplica hielo a la rodilla, al tobillo, a donde sea, menos al corazón, a ese le toma mas que una bolsa de hielo y un flanax, pero aun así, me siento mejor después de patear el balón y tocarlo como los grandes, una sensación grata, sin cruda, y que me recuerda que la vida sigue, rodando como un balón, como un tanguito, triste pero cantado y bailado.
He dacho, he ducho.... he dicho!
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06 noviembre 2008

Y se hizo historia


La rutina matutina de siempre se detuvo ante una nota a manera de pregunta que escuche en la radio: “¿Donde estabas tu aquel 4 de Noviembre del 2008 cuando se hizo historia?”. En ese momento deje de escuchar la señal de radio para hacer un viaje mental que me llevo por varias escenas, varios lugares, varias situaciones, varias dimensiones, inclusive a un futuro, incierto tal vez, pero inevitable de imaginar.

En este espacio creo que jamás he expresado mis ideas políticas o religiosas, por creer que dichos temas no son necesarios para un intercambio concienzudo de ideas, pero en estos días me es imposible no expresarme. Desde cualquier punto que se adopte, no podemos negar que se hizo historia y que muchos tal vez, fuimos parte de esa historia, de manera muy simple, otros de manera más directa, pero fuimos parte al fin y al cabo.

Dejando muy aparte las ideologías en conflicto durante estas elecciones, el triunfo de Barack Obama representa, para mi particular punto de vista, un haz de esperanza, una historia de éxito, de lucha y de logros, por los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar y se perseveró hasta llegar a la meta. Lo comparo con esos triunfos deportivos de los equipos o participantes menos agraciados, esos momentos olímpicos o futbolísticos que nos hacen llorar de la emoción, muy independientemente de nacionalismos o de religiones.

Sé perfectamente donde estaba esa noche: el reloj marcaba las 9:00 PM (hora de la montaña) mientras en el televisor veía a Charles Gibson, de la cadena de televisión ABC, hacer una pausa para que fueran oficialmente las ocho de la noche hora del pacifico y de acuerdo a los resultados de las encuestas de salida en varios estados de la costa oeste americana, declaraba que Barack Obama era ya el presidente electo.

La voz entrecortada del comunicador aumento el nudo en mi garganta, y es que fue inevitable compartir esa sensación, la misma que hizo que Oprah y Jesse Jackson lloraran al escuchar el discurso de aceptación. Y es que con ese sueño, se unen los de muchos, que como minoría en este país, luchan por salir adelante día con día. Pensé en la motivación que este hecho le da a muchos, chicos y grandes, y no pude evitar pensar en mis hijos, en el hecho de tener una razón mas para creer, para pensar que la justicia y la libertad pueden prevalecer y para que todos podamos mirar a los ojos a nuestros pequeños, y con sinceridad decirles “tu puedes ser todo lo que te propongas ser, inclusive ser presidente”.

No sé con certeza lo que nos depare el futuro, hay muchas expectativas, pero sobre todo muchas esperanzas de que las cosas cambien y no solo en este país sino en todo el mundo. Somos humanos y como tales nos equivocamos, y esto es una posibilidad latente, así que con gusto me tragare mis palabras en caso de que las cosas no resulten como lo espero, pero por lo pronto, saboreo con gusto el momento, porque me llena de alegría, pero sobre todo de esperanza, porque ¿quién dijo que no se puede?
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03 noviembre 2008

De Domingos y El Pingüino


Es común toparnos los lunes con la pregunta clásica de ¿y que hiciste el fin de semana? Y de aquí se generan historias, aventuras, anécdotas y demás. Pero como siempre, en el contexto del ático, hurgamos entre los recuerdos empolvados, y mi mente se traslada unos años atrás, a esos domingos con la familia, y a lo que yo en alguna ocasión denomine los domingos de ir a “El Pingüino”.

Cuando era niño, la rutina dominical era más sencilla, predecible y en veces tan aburrida como partido de béisbol de domingo por la mañana en la cuarta entrada. Esto se traducía en levantarse temprano, arreglarse, desayunar unos huevos rancheros o hot cakes, luego disponerse a ir a misa hasta la mismísima catedral, y de ahí, a tomarnos un juguito de naranja y con suerte una rica momia de “El Pingüino”.

Dicho lugar era un estanquillo, fonda, changarrito que estaba ubicado en uno de los locales de la parte exterior del Mercado Juárez, sobre la calle Agustín Melgar (la que desemboca en el Hotel San Antonio) casi hacia esquina con la 16 de Septiembre. El local se dedicaba a la venta de jugos de naranja (naturales), pero que además tenia en el menú los típicos antojitos mexicanos: tortas, enchiladas, gorditas, tacos y flautas (taquitos enrollados) pero mis favoritas eran las “momias”, una especia de torta de salchichas enrolladas en tiritas de tocino, un poco de frijoles, lechuga, mayonesa y listo.

Jamás he probado torta más suculenta en mi vida, recuerdo esas tortas tan caseras con tanta nostalgia, que a mi olfato llega hoy ese particular olor de la grasa caliente combinado con el tocino y la salchicha, grasa tan satanizada hoy en día, grasa que nos hacia grandes, nos hacia felices.

Como olvidar aquellos nostálgicos años paseando en la vagoneta "Volkswagen Variant" azul celeste de papá por las calles del centro de la ciudad, cuando todavía se respiraba ese aire de cierta tranquilidad, cuando había menos coches, cuando todavía era seguro pasear por las calles del centro, cuando se podía ver todavía al mítico “güero mustang” pasear con su volante en mano como el loco de la balada de Piazzolla, cuando todavía existían lugares como El Pingüino en nuestra ciudad. Lugares como este en el que se escuchaban interesantes platicas, tal vez filosofía barata, pero filosofía al fin y al cabo, pero se respiraba ese aire sincero, de amor por la ciudad, por las tradiciones, por lo nuestro.

Recuerdo el lugar adornado con cuadros de carteles de antiguas corridas de toros, y de fotografías de antiguos y famosos matadores. Recuerdo con gusto las historias de los personajes que por ahí pasaron, de uno llamado “el redondo amigo” del cual reseñaba Don Rulis (Don Raul, el propietario del lugar) que cada vez que él llegaba, tenían que aplicar jabón en el marco de la puerta para que pudiera entrar y salir. Recuerdo a mi papa reír a carcajadas como nunca se le veía hacerlo, como cuando veía las películas de Cantinflas, la risa se contagiaba sin mayor remedio.

Hoy los tiempos han cambiado irremediablemente, el mercado no es el mismo, y El Pingüino ya no existe, o si todavía existe ni si quiera estoy enterado. Ahora mis respuestas a la pregunta de lo acontecido en mi fin de semana, varían entre visitas familiares y salidas a comer a algún restaurante o cadena transnacional de comida rápida, también llamada comida chatarra. Pero he de confesar, que prefiero y añoro mil veces la chatarra de aquellas sabrosas “momias” acompañadas de una buena salsa, un buen jugo de naranja y una amena platica, que las hamburguesas de tal o cual cadena y el frenesí de hoy en día.
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