25 enero 2007

¿y que paso con el súper amigo mexa?

Ya hace unos meses que uno de mis enanos, el de en medio, el típico hijo sándwich, recibió como regalo de cumpleaños el paquete de DVD’s de la primera temporada de "Los Súper Amigos". Creo que el que más los ha disfrutado he sido yo porque esas eran de mis caricaturas favoritas. Todavía recuerdo que, por ser de las que pasaban mas temprano, algunas noches de Viernes las pasaba acampando frente al televisor, y al despertar, lo primero que hacia era prender la tele y sintonizar el canal (x o y, no recuerdo exactamente cual) para ver pues a los famosos Súper Amigos.

Analizando mas a fondo a la mentada caricatura, y con un poco de ojo clínico, pude notar que los últimos agregados a la famosa "Liga de la Justicia" fueron curiosamente, de otras razas que no fueran los típicos "gueritos", como "Black Vulcan" (Volcán Negro), "Apache Chief" (Jefe Apache) y "Samurai", negro, indio y asiático respectivamente (sin afán de ofender, ya ven en los líos que nos metió Fox con la palabrita)... y yo me quede pensando ¿y que paso con el súper héroe mexa?

Haciendo un poco de investigación y memoria, creo que por ahí alguna vez agregaron a un súper héroe llamado "El Dorado", quesque de origen mexicano. Hasta donde llegaba la ignorancia gringa, porque El Dorado es un lugar (leyenda o real, no lo sé) de la cultura inca, así que nada que ver con México, en fin, el sentimiento fue el mismo: nuestra cultura siempre es relegada a segundo plano, no somos bien representados, ni siquiera en los pinches Súper Amigos.

A decir verdad, por mas que le busquemos, no podemos o es difícil encontrar una figura de superhéroe en nuestra cultura, mucho menos uno para las caricaturas, así que decidí abrir un foro para sugerir al nuevo representante mexicano de los Súper Amigos, al nuevo embajador a la "Liga de la Justicia". Nuevamente, sin afán de ofender, venga la cascada de nombres del súper duper héroe mexa o latino, se acepta de todo, total, ya estamos acostumbrados a una gran diversidad de nombres, además de que como mexicanos (y latinoamericanos también) tenemos una bien ganada fama de tener una gran imaginación. Que comience pues el pequeño experimento.
Share:

17 enero 2007

Trivialidades... hablemos de fútbol.

El clima en los últimos días ha sido un poco inclemente en nuestra región fronteriza en cuanto a temperatura se refiere. Hay pocas posibilidades de nieve para esta noche, la mañana siguiente y más todavía para el fin de semana. Esto arruinaría los planes deportivos que tenemos para el fin de semana, un grupo de amigos y yo, con los cuales hemos logrado conformar un buen grupo de amantes del fútbol.

Como alguna vez lo mencione en alguno de mis primeros posts, y en la breve descripción del blog, el fútbol es una parte esencial de mis actividades extra-curriculares. El fin de semana pasado no tuvimos quórum para nuestra convocatoria a reanudar la ya famosa cáscara (creo que le llaman “picado” en algunos otros países) futbolística dominical. ¿A que viene todo esto? Creo que mi cerebro esta tan enfriado que en estos momentos solo vienen a mi mente puras banalidades.

Hace ya algunos años, durante mi época de estudiante universitario, logramos conformar un pequeño grupo de pseudo-futbolistas, que al no encontrar otra ocasión, escogimos los Domingos para nuestra cita deportiva; la hora: las ocho y media de la madrugada. Como muchos de nosotros no teníamos una vida social muy movida, nos pareció buen día y hora. Los que si tenían su movida sabatina pues hacían el doble esfuerzo, combatían la resaca y llegaban impuntuales a la cita, digo, al menos tenían (teníamos dijo el otro) la decencia de presentarnos.

Como olvidar esos Domingos, crudos, desvelados, cansados pero con ganas, a veces buscando un pequeño espacio donde pudiéramos jugar, unos corriendo mas que otros, haciendo las jugadas de sexto año, de taquito, la gambeta, de tres dedos, el túnel, etc. Como olvidar al Pelos y sus cinco minutos de tos, flema, guacara y demás, o mis barridas no-mal-intencionadas a los jugadores que llevó un día el Tarin, jamás volvieron, quien sabe por que, jejeje.

Nunca fuimos los mejores, la mayoría teníamos un cierto conocimiento del fútbol, de experiencias anteriores, y otros que le poníamos alma, vida y corazón sin tener una pizca de aptitudes y capacidad motora, pero eso si, el buen humor y la camaradería siempre estuvieron ahí. De estas sesiones dominicales futboleras hay varias historias como cuando el güero metió un gol con su nariz, previo a un remate que le dio primero en salva sea la parte, el rebote fue a caer a los pies del defensa, este despejo y le volvió a pegar al güero en la cara, que ya venia cayendo del golpe anterior, y ese remate final entro en la red, fue un golazo de antología. Hay mas historias pero ya vendrán después, hoy es solo el preámbulo.

El pronostico del clima para el fin de semana es ahora peor, así que lo mas seguro es que no habrá cita este Domingo para nuestra cascarita de fútbol, no habrá reunión pues del Dakota Ridge Football Club (Est. 2005), mi cerebro sigue un poco enfriado, y mis manos y mis pies todavía más. A todos aquellos que les guste el fútbol y lo puedan jugar, háganlo, es divertido, pero no pierdan el objetivo: la cosa es divertirse, olvídense de la competencia, diviértanse, y si de pasada ganan, que mejor, si no, pues al menos la pasaron bien y hasta hicieron algo de ejercicio no creen?
Share:

11 enero 2007

De la muerte y otras preguntas inocentes

Una noche cualquiera, mientras la familia Pereira se disponía tranquilamente a tomar sus sagrados alimentos, Marcelo y Sara, los padres de familia fueron bombardeados, por llamarlo de alguna manera, con unas preguntillas curiosas por parte de Ana, su hija mayor de seis años. Ana tenia una agudeza mental que cualquier adulto hubiese querido tener, pero a la vez poseía un “corazón de pollo” que la hacia solidaria a las penas más ajenas del mundo. Además de Ana y sus padres, también formaban parte de la familia otros dos miembros, Daniel de cuatro años, un pequeño vivaracho pero muy tímido y Benjamín de escasos dos años, amante de las galletas y literalmente mudo testigo de las aventuras familiares.

A Marcelo y Sara, aquellas preguntas los tomaron mal sentados, desprevenidos, mal preparados, etc. Pero ¿quién esta preparado para las preguntas inquisitivas de los pequeños hoy en día? Creo que nadie lo esta y mucho menos cuando los párvulos están en la etapa de los por que’s. Las preguntas en cuestión fueron dos, además de una tercera que, mas que una pregunta, fue como un cuestionamiento, una grito apagado de preocupación.

La primera pregunta (y la más fácil) fue: ¿Qué quiere decir ASARCO? Con esta Marcelo no tuvo problema alguno en contestar, tanto él como Sara sospecharon que la pequeña lo alcanzo a leer mientras manejaban junto a la gran chimenea de la antigua fundidora de cobre que se encontraba por ahí de la zona de Anapra, de su ciudad fronteriza. Dicha torre-chimenea era tan alta que se podía ver a la distancia, hasta podría simular la estructura de un faro antiguo de alguna ciudad a la orilla del mar. En esta torre pues, se puede leer la palabra “A-S-A-R-C-O” de arriba hacia abajo y correspondía al nombre de la compañía que manejaba la antigua fundidora. A dicha compañía se le atribuía una fuerte contaminación de plomo y otros daños en el área; en ese momento las instalaciones se encontraban clausuradas aunque aun en litigio para poder operar de nuevo, una gran controversia, en fin. Por lo pronto la pregunta número uno fue librada sin problema alguno – hija, ASARCO es el nombre de una empresa que produce cobre y le pusieron el nombre en la chimenea para que todo el mundo lo viera – contesto Marcelo sin titubear.

Pero la segunda pregunta fue todavía mejor, aquí la cosa se empezaba a poner más escabrosa: ¿qué significa suicidio? Las caras de Sara y Marcelo palidecieron casi como la leche que acababan de tomar minutos antes. Hubo algunos segundos de silencio, solo se escuchaban los crujidos solitarios de las galletas en la boca del pequeño Benjamín, ausente todavía de tan filosófico debate. Cuando por fin Marcelo pudo apenas articular un sonido parecido a una palabra, Ana interrumpió atinadamente, como por arte de magia, para aclarar el origen de tal pregunta – ya ves Papá que en la película de Toy Story 2 el dinosaurio Rex menciona algo así que dice “no se trata de un suicidio, sino de un rescate”.

Así que de eso se trata – dijo Marcelo con un cierto alivio, aunque por alguna razón la presión siguiera ahí. Sin darle mas tiempo al seso y al ocio, el padre atinó a contestar – Mira hija, se le llama suicidio cuando la gente, mmmmm, como te diré, mmmmm, algunas veces, no quieren vivir y se quieren ir solitos–. La carita de la nena parecía mas de confusión que de aclaración ante tal respuesta, pero para la fortuna de Marcelo, ya no hubo mas preguntas referentes al tema, aunque él ya imaginaba venir una ola de –¿Por qué no quieren vivir? ¿Por qué irse solitos? ¿Y a donde se van si es que se van? – uta, salimos bien librados de esta, y todo por culpa del pinche dinosaurio rajón ese de Toy Story, tendré que vigilar mas las pelis que ven estos escuincles – se dijo Marcelo a sí mismo y en su mente, muy en el interior.

Como lo mejor siempre viene al final, el tercer cuestionamiento de Ana era ese que tal vez todos nos seguimos haciendo durante la vida, hasta que nos lleva la fregada: la muerte. –¿Por qué la gente se muere? –preguntaba Ana ya con un tono triste. –¿Es acaso porqué están viejitos? Y si los viejitos se mueren, ¿mi abuelito se va a morir? Porque se va a morir porque este viejito y yo lo voy a extrañar mucho... – Para este momento la pobre Ana ya estaba muy afligida haciendo puchero y soltando algunas lagrimas, producto de su sensible corazón de pollo.

Aquí la sensatez de Sara, como buena madre de familia, salió a relucir tomando las riendas de tan singular conversación – No hijita, nadie se va a morir, además, la gente no se muere nada mas porque esta viejita, cualquiera de nosotros estamos expuestos a eso. –“mmmta madre, como que la cosa no mejoró” – se dijo Marcelo a la vez que le echaba una mirada a Sara invitándola a reconvenir la respuesta. –Mi vida, la cosa es que aquí nadie se va a morir ni tiene porque morirse ¿ok? – termino explicando Sara con un tono de voz un poco mas fuerte y como dando por terminada la platica. La pequeña Ana se dio por bien servida, limpio sus lagrimas y se retiro del lugar diciendo –esta bien, solo quiero que sepan que los quiero mucho –y se dispuso a retirarse no sin antes darle un beso a cada uno. Ana, Daniel y Benjamín pasaron de la mesa a la sala para ver un poco de televisión. La cena finalmente había terminado.

Por fin se llego la hora de dormir, pero Marcelo no dejaba de pensar en las preguntas y la conversación que de ahí surgió aquella noche, todo esto mientras, junto con Sara, ponía pijamas, contaba un cuento y acostaba niños. Entre besos, bendiciones, “buenas noches” y “dulces sueños”, la mente de Marcelo seguía dando vueltas a mil con aquel tercer cuestionamiento –¿Le habremos dado la respuesta correcta? ¿Estaré haciendo un buen trabajo como padre? Al fin y al cabo creo que no lo estoy haciendo tan mal... si, es verdad, no va tan mal, creo que de padre no me muero de hambre–. Un par de horas después, instalado en su propia cama ya un poco más relajado de aquella jornada, y con una paz inexplicable, Marcelo sucumbía ante el sueño, y con extraña tranquilidad, cerraba sus ojos, por última vez en su vida.

Este pequeño cuento por sorprendente que parezca es producto de mi loca inspiración, y esta protegido por la Ley de Derechos de Autor.
Share:

05 enero 2007

La Rosca de Reyes

“La rosca de Reyes”... recuerdo que un compañero de trabajo le decía así a otro, cuyo apellido paterno era precisamente Reyes... ¿qué habrá querido decir? Un enigma sin duda, todavía hasta nuestros días, en fin.

Año Nuevo, vida nueva, rutina nueva diría yo, pero poco a poco vamos intentando salir de ella, traer con nosotros todos esos buenos propósitos, o al menos no abandonarlos tan temprano. Y llega pues el día de los Santos Reyes, de los Reyes Magos, de los Magos de Oriente, The Three Wise Men o como les quieran llamar. El día de los Reyes Magos es en México una fecha de tradición, en la que se regalan (o regalaban) los juguetes a los niños en vez de la navidad, una tradición muy bonita pero poco arraigada por acá en el norte de nuestro país.

Otra de las tradiciones en esta fecha de Reyes, es la famosa “Rosca de Reyes” (ahora si sin albur), que consiste de un pan sencillo de dulce en forma de rosca, adornado con dulces, nueces, pasas y algunas otras cosas mas que en el momento no vienen a mi mente, pero además de todo lo que pudiera llevar la receta de la rosca, el ingrediente principal es siempre el mismo: el famoso “monito” o muñequito. Es un pequeño muñequito blanco que simboliza al niño Dios, y que se introduce en la rosca en algún momento de su cocción y a la hora de la repartición, a quien le toque el “monito” tendrá que ser el anfitrión de una pequeña fiesta o reunión (algunos dicen que tiene que proporcionar los tamales) para el día 2 de Febrero, o día de la Candelaria (que creo que simboliza el día de la presentación del niño Jesús ante el templo)

Ustedes no están para saberlo ni yo para contarlo pero en mi vida pocas veces o ninguna me he sacado algo en sorteos o rifas, nada, ni reintegro, ahhh pero eso si, a la hora de la famosa Rosca de Reyes, ahí me tienen sacando siempre el muñequito, que suerte la mía ¿no creen? Algunos me llegaron a decir que era un presagio, que los niños me llamaban, ¡mendigos! La cosa es que la Rosca de Reyes nunca faltaba, desde mis épocas de estudiante, en cada salón alguien llevaba una, luego en mi época laboral, siempre había alguien llevando una o dos o más roscas. Inclusive había roscas tan grandes que no solo tenían un muñequito escondido sino hasta cuatro o más, para que así el “golpe” fuera menos fuerte y la fiesta o tamalada fuera repartida entre varios.

Recuerdo algunas de esas reuniones para compartir la Rosca de Reyes, y a mi mente vienen muchos recuerdos, pero creo que después ahondare en algunos en particular, porque hoy quiero pedirles nuevamente que sean ustedes, los que me compartan sus anécdotas de la Rosca de Reyes, las que tengan o no tengan, las chistosas, las no tanto, etc.

Y yo que decía que no era persona de tradiciones, aquí estaré mañana celebrando el día de Reyes con una sencilla rosca (sin muñequitos espero, ya mas no) y compartiéndola con mi pandilla y con algunos otros mas, nunca falta con quien, y un chocolate abuelita calientito.

Bienvenido sea pues el Año 2007, y bienvenida la Rosca de Reyes y sus historias.
Share: