28 junio 2010

Hasta que se escuche el último “crack”


Lo he escuchado miles de veces “ya deja esa madre, luego no vas a poder ni moverte”, “Déjalo, no tiene caso, ya no estas en edad” , algunos hasta van mas allá al decirme “Porque sigues jugando ese deporte de nacos”… pero nada me convence, nada, yo voy a seguir jugando futbol hasta que el cuerpo aguante, hasta que la rodilla se joda y diga no mas.

Por ahí leyendo historias del Negro Fontanarrosa, descubrí que además de ser un excelente caricaturista, era un hincha de futbol y ávido jugador de los “picaditos” (cascaritas) domingueros. Y en sus anécdotas, debido a una enfermedad que lo aquejaba, mencionaba que lo iba a practicar hasta que el cuerpo se lo permitiera. Y así sucedió.

Pues al igual que el y que muchos, tal vez estoy poniendo mucho en juego pero, no me importa, yo le sigo hasta que la pinza no apriete mas, ceda y se tire de palomita por ultima vez; hasta que se escuche el ultimo “crack” de mi rodilla (o rodillas). Mientras tanto, le voy poniendo grasita a mis zapatos de futbol que ya les hace falta, me compro un tubito nuevo de “bengay” y apartamos Domingo para seguir pateando la “bocha” que tantas alegrías me da, junto a un grupo de locos que seguimos este ritual dominical, mejor que cualquier monje religioso que se digne de ser devoto.
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20 junio 2010

La radio de noche


El calor se dejaba sentir con fuerza esa tarde. La única esperanza para mitigarlo era el caer de la noche, pero aun así, el ambiente era ideal: un jardín, una noche de verano, hojas de árbol sacudidas por una leve brisa nocturna, antorchas alumbrando el recinto, y una música tenue, agradable, simplemente perfecta.

El iba invitado por parte del novio, ella invitada de parte de la novia. Llegaron como dos completos extraños, coincidieron como dos hojas de árbol de diferente color, que caen juntas arremolinadas por una leve corriente de viento. De dos mundos diferentes, pero con una extraña serie de similitudes asombrosas.

Su plática fue deliciosa, entre risas, rostros de sorpresa y alegría, música, un poco de vino, la noche, las estrellas, la luz de las antorchas, más música y un poco de baile. Era como estar escuchando una radio por la noche, especialmente en la Amplitud Modulada, donde las frecuencias son tan fuertes, que traspasan ese espectro electromagnético para entrar una en la otra y compartir el ancho de banda. Así fue ese cruce de caminos tan paralelos.

La velada caprichosa llegaba a su fin. El se fue por su lado, ella por el suyo. El con una dirección de correo electrónico, ella con una dirección de red social. – Mañana te busco – te mando un correo. Un beso en la mejilla y un intento de abrazo a causa de la todavía naciente confianza, sello aquella noche de ensueño para ambos.

Su camino a casa no fue el mismo. Mientras conducía hacia su destino por las calles de la ciudad, hacia un recuento de esa exquisita experiencia recién vivida. Encendió la radio mientras en su mente trataba de explicarse muchas cosas – ¿Serán posibles esas similitudes? De pronto, la radio, sintonizada en la Amplitud Modulada perdió señal, para dar paso a esa mezcla común en las noches, de dos estaciones en una frecuencia. Y tocaban algo que parecía ser una melodía moderna de rock ingles, con un fondo de sonido de bandoneón, propio de un tango. El dibujaba una enorme sonrisa mientras paraba de sintonizar la radio para seguir escuchando por un rato más su “nueva” estación.
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10 junio 2010

Vigilia mundialista


San Caralampio, que juegue bien Blanco.
San Goloteo, que el Chicharito sea líder de goleo.
Santa Cachucha, que el Conejo este trucha.
San Tito, que el miedo sea poquito.
San Cucufato, que el Guille Franco no se haga pato.
San Ahoria, que el mundial nos sepa a gloria.
San Cayetano, que Francia no nos de por el…… lado izquierdo.
San Jasmeo, que el publico no nos haga el feo.
San Agapito, que se acabe el “ya merito”.
San Nicanor, que este mundial nos vaya mejor.

Oficialmente estoy en un estado de vigilia mundialista. Como ya se habrán enterado algunos, soy seguidor del futbol, me apasiona, lo practico, lo veo, lo vivo. Este mundial nos trae muchas ilusiones a algunos, a otros tal vez no les importe tanto, al menos es una distracción muy bienvenida, a todos los problemas que vivimos a diario en nuestras comunidades, trabajos, vidas, etc. Y lo tomamos como lo que es, al fin de cuentas es parte de nuestra realidad, una que no debe de ir mas allá de las pantallas.

De mas estaría decir que tal vez la frecuencia del posteo no será tan prolífica como en anteriores ocasiones, pero aquí seguimos, al pie del cañón, con lluvia o con sol, con días azules o con cielos azules, y con futbol o sin futbol…
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07 junio 2010

Don Fortunato


Su apariencia no es muy prolija, pero la disfraza bien con una sonrisa eterna de oreja a oreja, unos anteojos de pasta gruesos y enormes, con una lente que bien podría comenzar un fuego al paso de la luz del sol, y unos audífonos de walkman viejos. Pero lo que sobresale, es una enorme sonrisa que contagia, a pesar de la hora, del día, de la tribulación en turno; no puedes evitar sonreír con el.

Don Fortunato no habla mucho, me atrevería a afirmar que nunca le he escuchado pronunciar palabra alguna, solo camina, observa y sonríe. Lo veo puntual atravesando calles y estacionamientos, jalando siempre de un carillo de mercado, con cosas que no recuerdo, pero siempre con algo. Camina apresuradamente, o hasta donde su cojera le permite desplazarse de manera acelerada. No para, es como una pequeña hormiga que se desplaza rápidamente, pero que para nuestros parámetros va lenta, quedo, piano. Renguea de un pie, pero nada lo detiene.

Para los demás podrá ser un desdichado, un viejo vagabundo, un desafortunado, pero yo dudo que Don Fortunato se perciba a si mismo de esa manera. Es mas, yo pienso que nada de eso le importa, mientras tenga siempre una melodía en esos auriculares que lo distraiga de todo ese ruido contaminante que otros llamamos “vida moderna”, el sale bien librado siempre con una sonrisa.

Aun así, creo que Don Fortunato descubrió la formula hace algún tiempo, por eso es que no dudaría que por esos audífonos no pase melodía alguna. ¿Cuándo fue la última vez que le cambio las pilas a su walkman? Necesito conseguir uno de esos…
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04 junio 2010

Musicaleando

Voy a hace un cambio. En algún tiempo aquí solo guardamos historias, cuentos, y demás letras encontradas en el ático, pero eran letras exclusivamente. Luego me adentre en una aventura llamada Radio Retro, de la cual me lleve bastantes satisfacciones y buenas experiencias. El sitio de Radio Retro todavía existe, pero ahora, como este mítico Ático, también comienza a albergar algo de música de garage, que aunque a la fecha sean solo "covers" de música original, pues van definiendo un poco mas algo de estilo y a la vez sirven de ensayo para mejorar en esta aventura nueva que por simple deducción he decidido llamar "musicaleando".

Procedo pues a compartir esta parte con todo el que por aquí se atraviese. Esta es una versión sin muchos cortes y minimamente editada de "I still haven't found what I'm looking for" de U2. Se valen las criticas, porque esos fantasmas hay que enfrentarlos con una óptica especial para que sean cimiento del proceso de crecimiento.
Disfruten de su Viernes...

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