27 septiembre 2006

Aquellas tardes de caricaturas

Un atardecer sin nubes, de esos rojizos, que se disfrutan simplemente con ver y que a la vez llaman a una reflexión, me hizo ir a buscar, no se que, al ático. Y ahí en un baúl, me encontré con aquellas tardes de caricaturas, aquellos personajes de dibujos animados que representaban desde héroes invencibles, hasta animales de fábula con historias tan simples pero tan graciosas, lo suficientes para un niño, lo suficientes para espantar fantasmas y demonios, y hacer aquellas tardes bien divertidas.

Habiendo pasado mi infancia en Ciudad Juárez, tengo que mencionar que un sinónimo de tardes de caricaturas es decir Niko Liko. Un personaje sin igual en la frontera, era una especie de payaso, que en vez de llevar maquillaje, llevaba una mascara blanca y sobre ella la simulada pintura y nariz cual payaso de circo, usaba un traje rojo con bombin del mismo color y guantes blancos. Este personaje hacia las delicias de todos los chiquillos (y chiquillas ... no me vayan a crucificar por omitirlas) en aquel tiempo.
Como olvidar pues aquellas tardes de caricatura, viendo el canal 5, a Niko Liko, sus concursos, sus anuncios de aquellas giras artísticas por los lugares circunvecinos: Janos, Ascensión, Casas Grandes, Praxedis G. Guerrero, Porvenir, Guadalupe, etc., etc., etc.

Pero lo que me trajo aquí fueron las caricaturas. Aquí conocí a Don Gato y su pandilla, al Pulpo Manotas, al Inspector Ardilla y su fiel ayudante Moroco Topo, La Hormiga Atómica, etc. Aquí también me revente al Correcaminos y el Coyote, Bugs Bunny, El Pato Lucas, Porky, también a Los Súper Amigos. De todas esas siempre sobresale alguna favorita, por cualquier razón, o sin razón, pero siempre anda ahí una que te sigues acordando con detenimiento, o algún episodio que lo tienes por ahí revoloteando, que te impresiona la precisión de los detalles con los que lo recuerdas.

Para mí, esas caricaturas fueron las de Triton. Eran unas caricaturas japonesas (como casi todas las demás pero nunca nos dimos cuenta) que contaban la historia de un niño de la Atlántida, y que fue el único sobreviviente de un trágico terremoto que acabo con todo aquello. El chavito se cría con los delfines que lo rescatan desde bebe, y ya de mas grandecito se pelea y le da en su máuser a todo aquel malo que se le atraviesa (sin albur chiquillos) con la ayuda de sus amigos los delfines y de un puñal – me refiero al pequeño cuchillo puntiagudo, no a un amigo de el - es mas, hasta la rolita del intro cantaba (con todo y que era en Japonés) yo junto con mis vecinitos de la cuadra (Iván, Homero, Cesar, Oscar, Javier ..... anybody out there?).




De nuevo reitero que la razón por la cual era mi favorita, ni yo mismo la se, las tramas a veces eran confusas y medio oscuras (como buena caricatura japonesa), pero así fue. Alguna vez hasta me hicieron sentir viejo porque cuando comentando en una reunión acerca de esto, ninguno de los presentes pudo identificar la caricatura referida. Así que para aclarar el punto, aquí les proporciono el intro de la caricatura con todo y la rolita, para refrescar la memoria de aquellas tardes de caricaturas en Ciudad Juárez; con decirles que el escuchar el intro todavía me pone la piel de gallina, creo que mi mente se transporta.

Y tu, cual caricatura recuerdas mas y porque?
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21 septiembre 2006

Viajeros en el tiempo (Continuación)

Preámbulo: Durante mi época de preparatoriano, nuestra escuela fue invitada a un concurso de bandas de guerra a nivel regional en la ciudad de Chihuahua, yo como miembro de la misma, me vi involucrado en aquel viaje. Después del viaje, la espera y la actuación, se llego el momento de anunciar a los tres primero lugares.
(Para leer el post anterior completo hacer clic aquí)

... y el primer lugar es para... el CBTIS 122 de Chihuahua, Chihuahua (seguido de gritos, aplausos y demás). El lugar se tornó un pandemonium, los alumnos de dicha escuela gritaban y saltaban como locos, obvio - decía yo para mis dentros – nosotros tocamos mejor, ni se lo esperaban.

Todo fue confusión después de aquello, se supone que lo que seguía era la premiación, mas eso no estaba en nuestros planes. En esos momentos nuestro instructor se levanto de su asiento furioso, con su rostro rojo como si fuera un volcán en erupción; solo alcanzamos a escucharlo vociferar “vamonos de aquí a la chingada”. El director de nuestra escuela quiso mediar, insistió en que nos quedáramos. Por unos segundos nos quedamos quietos, helados por fuera pero calientitos por dentro. Haciendo caso a nuestros corazones, seguimos a nuestro instructor hacia fuera del gimnasio, salimos con nuestra frente muy en alto pero por la puerta de atrás.

Ya afuera del edificio, el instructor nos ordena formación, obedecíamos con una disciplina ciega y fiel, pero bien definida. Se puso al frente y comenzó a dirigir la primera marcha, recuerdo bien que nos pidió “y tóquenle con guevos, que se escuche hasta Juárez”. Tocamos tan fuerte que nuestros corazones se salían por aquellos instrumentos, jamás escuche una banda tocar tan fuerte y tan bien. De pronto, en un gesto de solidaridad increíble, la banda de guerra del CBTIS 114 de Juárez se unía a nuestra peculiar protesta, seguidos también del Teresiano (Nombre por el que se le conoce al Colegio Latinoamericano en Juárez), creo que se perdieron su premiación, pero creyeron injusto el resultado. Los tres instructores se pusieron de acuerdo en ese momento, y comenzamos a tocar bajo las mismas ordenes. No recuerdo cuantas marchas fueron, tres o cuatro o tal vez mas, pero nunca había visto algo igual, pareciera que detrás de esa demostración existieran horas y horas de ensayos y coordinación, pero no, todo salió desde el fondo del alma, creo que por eso salió tan bien. Son detalles que no se olvidan, seria tal vez una insignificancia, pero para mí era una muestra mas de la solidaridad humana, nos pegaron en el orgullo (al fin y al cabo ellos también eran de Juárez), sabrá que fue.

El momento es para recordarse toda una vida, pero fue solo un momento y terminó. Regresamos al hotel, y durante el camino nadie hablaba, algunos lloraban, pero era un silencio sepulcral, al poco tiempo (horas) lo íbamos a superar. Esa tarde decidimos dar un paseo por la ciudad, caminar por las calles del centro, simplemente curiosear, despejar nuestras mentes. Después de un par de horas, a lo mucho, de caminar por ahí, regresamos al hotel al anochecer, no sin antes surtirnos de todo lo que nuestro presupuesto pudiera alcanzar en alcohol. No falto el fósil o el vivo con una licencia falsa para demostrar mayoría de edad, así que sin problemas adquirimos cervezas, tequila, ron, vodka y nada mas, aunque la verdad no me sorprendería que la variedad hubiese sido más extensa.

Esa noche ahogamos nuestras penas y frustraciones en todo ese alcohol, algunos más rápido que otros. Jugamos cartas, tomamos, contamos chistes, tomamos un poco mas, imitamos – aunque creo que ese desorden lo orquestaba yo solito – y ... tomamos algo mas. No faltaron aquellos novatos valientes que queriendo demostrar audacia tomaron demasiado rápido y con un estomago vació, y terminaron invocando a Juan y a Hugo junto al tobogán acuático de porcelana blanco, o escusado, retrete, tolido o como le quieran llamar.

El broche de oro para esa noche fue un show gratis que nunca nos imaginamos estuviera en el programa. Resulta que casi al final nos concentramos todos en una misma habitación, otros pocos siguieron en la habitación de al lado jugando cartas. La cosa es que entre la borrachera, chistes y demás, alguno de nosotros se asomo por la ventana y dijo “miren, miren miren”. La estructura del hotel era en forma de “H”, aquella habitación se encontraba en uno de los extremos de aquella “H”, por lo que la ventana tenia vista a la ventana de otra habitación, unos veinte o treinta metros separada de la nuestra. Ahí, se encontraba una pareja en plena faena, dando rienda suelta a sus instintos carnales. Aquello era como una película porno y lo mejor, era gratis, y sin tener que esconderse de los papas. Apagamos rápido la luz de nuestro cuarto para que los protagonistas no descubrieran que tenían publico. Llevábamos tal vez unos 10 o 15 minutos viendo aquello cuando de pronto, un compañero del cuarto de al lado entro de repente al nuestro, y encendió la luz, todos volteamos y gritamos al unísono una sarta de mentadas, reclamos y demás. En una fracción de segundos, nos cayo el veinte de lo que acababa de pasar, casi al mismo tiempo, todos volteamos de nuevo a la ventana, y ahí estaba la pareja como venados lampareados con cara de sorprendidos, con su mirada fija hacia la nuestra. En eso la mujer nos gritó algunos improperios, visiblemente molesta, y se alcanzo a tapar con lo que pudo, mientras el fulano veloz como un rayo se dispuso a bajar la persiana y cerrarla. La risa en esos momentos fue al unísono, yo creo que se escucho a varias cuadras a la redonda. Obviamente los compañeros de la habitación de al lado llegaron a ver que era lo que estaba pasando, es por demás decir que nos reímos fácil por un par de horas más. Creo que todavía me duelen las costillas de tanto que me reí aquella noche, que recuerdos; después de todo si tuvimos nuestra ceremonia de premiación, nada ortodoxa, pero la justicia es divina.

A la mañana siguiente, la cruda, el desayuno y el regreso. Nuestro humor volvió a mejorar durante el camino, volvimos a cantar una que otra sandez, contar chistes, dormir, etc. Nuevamente el arribo a nuestro destino seria de noche, pero esta vez al son de “Ciudad Juárez es, numero uno, Ciudad Juárez es, the number one” del JuanGa. Por fin llegamos, de nueva cuenta, al estacionamiento de la prepa. Cansados y todo pero felices de estar de regreso, y con una aventura mas que contar, una de esas inolvidables, que por angas o mangas, se llevan siempre guardadas por ahí en el ático de los recuerdos.
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17 septiembre 2006

Viajeros en el tiempo ... estudiantil

Que pensaron? Mac y Douglas en “El Túnel del Tiempo” o “Bill & Ted’s Excellent Adventure”? Pues no, se trata de uno de aquellos famosos e inolvidables viajes estudiantiles. De los pocos viajes que tuve oportunidad de realizar durante aquella época de estudiante, sin duda alguna sobresale en particular, el que a continuación intentare narrar.

Corría el año de .....mmm, mejor digamos que me encontraba yo en el segundo año de la prepa, formaba parte de la Banda de Guerra de la escuela, y fuimos invitados a un concurso de Bandas a nivel preparatoria, organizado por la UACH en la ciudad de Chihuahua. Nuestra escuela acepto la invitación, y después de un largo tiempo de preparación, ensayos, mentadas, etc., se llego la hora de emprender el viaje. Como en muchas ocasiones, nuestro punto de reunión en aquella ocasión fue el estacionamiento de la prepa, ahí comenzó la aventura. Gracias a los recursos abundantes de nuestra escuela, el viaje lo hicimos en un camión rentado, el clásico camión amarillo de escuela gringa (recuerdos de “Pesadilla en la Calle del Infierno”). Por ende, debido a la gran potencia en caballos de fuerza del vehículo colectivo, un viaje que en aquellos tiempos se realizaba en casi 4 horas, lo hicimos en 7 largas horas, gracias en parte a una descompostura del mismo a media carretera, en medio del desierto, por espacio aproximado de dos horas.

A pesar de todas estas peripecias, nuestro animo nunca decayó durante el viaje. Pasamos ese tiempo en el camino meditando, algunos leyendo, bromeando, contando chistes, imitando maestros (que raro, yo ni sé de esas cosas) platicando, riendo, escuchando música (traíamos tres intentos de DJ’s, de los cuales dos terminaron trabajando de DJ’s, uno de ellos inclusive en el famoso Eletric-Q) y también cantando, sobre todo cantando. Recuerdo que entre todas las canciones que cantamos, traíamos en el repertorio aquella canción de “la yerba se movía” en versión modificada, la cual recitábamos: - y con comodidad, nos tiramos al pasto y ANDELEEEEEEEEEE -... en fin, con cualquier tontería nos divertíamos, a pesar de la adversidad.

Por fin llegamos a nuestro destino, cansados, de noche, pero por fin estábamos ahí. El camión nos fue llevando por las calles de la ciudad, y a lo lejos vimos el anuncio de un hotel que en aquel tiempo era el mas nuevo y de lo mejor en Chihuahua, el hotel San Francisco. Tremendo chasco nos llevamos cuando el camión se siguió de largo, y se detuvo un par de cuadras mas adelante. El nombre del hotel no lo recuerdo, pero no hace falta. Era un edificio viejo, de unos cinco pisos a lo mucho y poca iluminación en los pasillos. Nos registramos en recepción, se hizo la distribución de los cuartos y sobres de ellos! Que cuartos aquellos!, muebles Pancho 13 (no alcanzo para los Luis XV), ventanas panorámicas (a los edificios de atrás) y hasta baños romanos – por aquello de que estaban casi al aire libre- que tenían unas ventanas de esas que se abren hacia adentro de manera inclinada, pero tan oxidadas que eran de apertura permanente; podría jurar que la ultima vez que se abrieron fue durante la toma de la ciudad por las tropas villistas.

Llegó pues el día de la competencia, y había que comenzarlo con el mejor de los ánimos. Me di un regaderazo en aquel “baño romano” y durante ese tiempo me puse a cantar aquella canción de “Ahora te puedes marchar” al más puro estilo de Luis Miguel. Creo que mi animo y similitud de voz fue en extremo porque aquella mañana cuando baje a desayunar, me enteré de que medio hotel y media cuadra habían escuchado mi interpretación, poco les falto para pedirme autógrafos en el restaurante. Eso si, el desayuno, después de todo, fue en el hotel San Francisco, invitado por el director de la escuela; hasta el momento, salvo el hotel, no nos podíamos quejar.

Unas horas mas tardes, nos dirigimos al gimnasio Rodrigo M. Quevedo; por fin llegaba el momento de la competencia. Los participantes procedíamos de varias ciudades de la región, sabíamos que la competencia seria reñida, había bandas de bastante calidad, pero nosotros teníamos confianza en hacer un excelente papel. Llegó nuestro turno, recuerdo bien los nervios del momento, fueron tres o cuatro marchas obligatorias y dos libres, y después de unos veinte minutos, terminaba nuestro cometido; creo que todo salió a la perfección, mejor imposible. Inclusive después de nuestra actuación, recuerdo que un militar que no era parte del jurado, se acerco y nos felicito por nuestra actuación. Eso nos dio tranquilidad y confianza, pero me temo que un poco en demasía.

Por fin se llegaba el momento de anunciar a los ganadores. Y creo que todo fue mas o menos así: - el tercer lugar es para ... el Cbtis 114 de Ciudad Juárez (seguid de aplausos); el segundo lugar es para ... el Colegio Latinoamericano de Ciudad Juárez (seguido también de aplausos)-. Hago aquí un paréntesis, porque en ese momento, por mi mente pasaba la idea – Que padre, los tres primeros lugares para escuelas de Juárez, que barrida -, mis manos sudaban, todos estábamos con los nervios de punta, - y el primer lugar es para .... para .... (continuara)
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12 septiembre 2006

Antojo de Paella ... y ole

Siempre me llamó la atención este platillo, sus ingredientes, su color, su olor pero sobre todo su sabor. En el pasado lo probé pocas veces a pesar de que me gustaba bastante hasta que, hace poco mas de un año, un amigo mío decidió investigar recetas de paella, y puso manos a la obra. La cosa fue que le quedó tan bien, y como tenia tiempo para prepararla (se quedo sin chamba un tiempo) pues siguió haciendo pruebas, inclusive le salieron varios pedidos, y se pensó en hacer negocio. Él consiguió trabajo de nuevo y el negocio de la paella se quedó en proyecto.

Yo seguí un poco sus pasos en cuanto a la investigación y las pruebas, y la verdad creo que no me sale tan mal. Logre pues acuñar una receta que es mas bien tipo light, algunos me dirán que le faltan ingredientes, otros que tal o cual cosa no va, y cada quien tendrá su razón. Al fin y al cabo, la receta esta más personalizada y para nada es la original, la neta, real y verdadera autentica paella a la valenciana.

Sin mas preámbulos, he aquí la receta de “Paella a la Mr. Magoo”, buenísima para lucirse y compartir con la familia y amigos. Se puede acompañar con vino blanco o si prefieren con sangría. Se aceptan preguntas, comentarios o reclamos, aunque el propietario no se hace responsable por los daños ocasionados por la mala interpretación de la misma.


Paella Mixta

La siguiente receta e ingredientes esta calculada para ser preparada en una paella (no paellera como comúnmente se le llama) o en un sartén de aproximadamente 14 pulgadas o de 30 cm o más. La pared del sartén debe de ser lo mas baja posible. No usar wok de comida china.

Ingredientes:

- 2 tazas de arroz de grano largo.
- 4 ¼ tazas de agua (2 1/8 por cada taza de arroz)
- 300 grs. de Calamar (en trocitos)
- 300 grs. de Pollo (parte roja y sin hueso es mejor, en trocitos)
- 300 – 400 grs. de Camarones medianos (con cáscara)
- 300 grs. de chuleta de puerco(en trocitos) o una salchicha polaca (en trocitos o rebanadas).
- 1 tomate mediano, pelado.
- ½ cebolla grande
- 2 pimientos morrones rojos o un frasco de pimientos rojos rebanados.
- ½ lata de ejotes en la vaina (opcional)
- 1 diente de ajo picado
- 1 cucharadita (tea spoon) de sal
- ½ a 1 cucharadita de paprika (pimentón dulce)
- 1 cucharadita de azafrán molido o un sobre de “paella mix” (en su defecto, utilizar azafrán entero, el equivalente a una cucharadita si este se fuera a moler)
- 4 cucharaditas de consomé de pollo
- 4 onzas de jugo de ostión (clam juice)
- Sal, Pimienta, ajo y cebolla en polvo al gusto.
- Aceite de Oliva (tanteando, de dos a cuatro cucharadas grandes).

1) Preparado.- Pelar los camarones y agregar las cáscaras en una olla con las 4 ¼ tazas de agua.
2) Agregar al caldo una cucharadita de sal, una cucharadita (o media) de paprika, las 4 cucharaditas de consomé, las 4 onzas de jugo de ostión y algo de pimienta y ajo en polvo (o un diente de ajo). Revolver y dejar a fuego lento (y muy bajo) cuidando que el agua no se consuma demasiado.
3) En el sartén, poner a calentar el aceite de oliva y cuando empiece a humear un poco, agregar el calamar ya cortado en trocitos y sofreír por 5 minutos, después se agrega el resto: el pollo en trocitos y la salchicha o el puerco en trocitos. Se sofríe bien y lentamente hasta que tomen un tono dorado. Aquí se puede agregar un poco de sal y pimienta a las carnes, pero muy poco.
4) Sofreír los camarones, ya sea en otro sartén aparte, o en el mismo sartén. En ambos casos, freírlos rápidamente por 5 minutos o menos, hasta que tomen un color rosáceo y sacarlos inmediatamente del sartén y apartarlos en algún recipiente para su uso posterior.
5) Una vez sofreída la carne, se retiran a los lados del sartén, dejando un circulo en medio, agregar mas aceite si se requiere y freír la verdura, empezando por la cebolla, hasta que este bien sofrita, luego se agregan los pimientos y los ejotes y al final el tomate, todo bien sofrito. Al final se agrega el diente de ajo picado y se fríe bien con el resto de la verdura.
6) Una vez freído todo, utilizando un colador, se agrega el agua del caldo al sartén y se revuelve uniformemente el contenido, cuidando que el caldo no sobrepase el sartén y dejando espacio para el arroz. Agregar aquí los camarones previamente sofritos en el paso # 4.
7) Agregar el azafrán al sartén y revolver bien, para después agregar las dos tazas de arroz, buscando distribuirlo uniformemente por toda la superficie del sartén y dejar cocer a fuego vivo (alto) por 5 minutos aproximadamente. Pasados este tiempo, se bajan a fuego muy lento y dejarlo así por otros 10 a 15 minutos o hasta que desaparezca el agua. Se puede utilizar el mango de una cuchara para abrir el centro del sartén y revisar el nivel del agua.
8) Una vez que el agua se consume, dejar reposar en la brasa por uno o dos minutos, luego apagar el fuego, y hasta este momento, se puede tapar el sartén con papel aluminio, simplemente para que se mantenga caliente.

Nota: NO TAPAR EL SARTEN. En ningún momento durante el sofrito o el cocimiento se debe de tapar el sartén o la olla del caldo. Si se piensa que el caldo se puede consumir demasiado, simplemente apagar el fuego y dejarlo así hasta que se agregue al sartén.

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07 septiembre 2006

Recuerdos de la Prepa Vol. I

"El patio la gran ceremonia,
la patria la luz tricolor,
después la traición
de quien roba y deshonra
y nos vende el derecho y la voz"


El otro día escuchando esta canción de Alejandro Filio me vino el recuerdo de mi época de estudiante (tal vez por aquello de los famosos lunes de "honores a la bandera", lo de la traición, el robo y la deshonra es otra historia), e inevitablemente vino a mi mente aquella época de la gloriosa Prepa del Chamizal de Ciudad Juárez. Son tantas las anécdotas que pueden existir que decidí dividirlas en tres partes. En esta primera trato de concentrar mi atención y mi memoria en su estructura física, los edificios, aulas, etc., y lo que eso fue dejando en mi memoria, mas allá de los simples muros y ladrillos.

En mi época, la escuela estaba compuesta por tres edificios de aulas (un edificio para cada año escolar), la dirección, la biblioteca, y la sala audiovisual, sin dejar fuera sus respectivos laboratorios, baños, estacionamiento y canchas de basketball, y algo que en algún tiempo intento ser canchas de fútbol y de atletismo.

El edificio de los primeros (1º y 2º semestre) fue una herencia de los primos del norte, los "gabachos", ya que originalmente fue una escuela de cuando toda esa zona era todavía territorio americano. Esos salones eran otro rollo, típicos de película de Ferris Bueller, con ventanas grandes y pizarrones largos en ambas paredes, la de enfrente y la de atrás. Recuerdo que el edificio tenia unos baños en los cuales, había una pequeña puerta de acceso a un pasillo compartido entre los baños de mujeres y de hombres, me imagino que para uso de los plomeros. Dicha puerta estaba cerrada con candado y toda la cosa, pero dice por ahí la leyenda urbana, que algunos jóvenes lograban abrir la puerta y colarse por dicho pasillito, y así poder espiar a las jovenzuelas. También cuenta la leyenda, que para poder entrar a dicho pasillo, había que hacerlo de rodillas, por lo que el pantalón de los atrevidos, se empolvaba de las rodillas y la frase a manera de pretexto que se usaba era que "fui a jugar canicas". En fin, esta historia nunca la pude corroborar.

Los otros dos edificios de aulas eran más modernos por llamarlos de una forma. Ambos edificios de dos plantas, aunque el de los terceros se asemejaba mas, para mi gusto, al típico edificio de aulas de escuela publica del estado (como todas las secundarias y los bachilleres que surgieron durante esos años) Recuerdo mi salón en el edificio de los terceros, el ultimo por el que pasaría en la Prepa, con vista al Río Bravo y a la fila del puente internacional ... muy panorámica. Los pisos del salón estaban tan pulidos, que patinábamos en ellos, fingiendo las competencias de patinaje de velocidad en hielo de las olimpiadas de invierno. En fin, cualquier cosa era valida para matar el tiempo mientras llegaban los maestros. Eran tiempos de estudio, tiempos de espera, tiempos de ideales, de indecisión, tiempos alegres.

El estacionamiento principal merece su propia historia. De acceso tipo herradura, se puede decir que fungía de todo: era punto de reunión, patio de casa, lugar de juego y esparcimiento, de mini-fiestas, de manifestaciones, y algunas veces hasta de broncas espectaculares. Lugar de encuentro y desencuentro, de amores y desamores, y hasta de borracheras clandestinas, siempre estaba concurrido, a pesar de los esfuerzos de las prefectas por mantenernos en las aulas. Todos disfrutamos del estacionamiento, aun los que no llevábamos automóvil a la escuela, eso era lo mejor de aquella época.

Al fondo del estacionamiento se encontraba la sala audiovisual, una especie de pequeño teatro, que para mi gusto, estaba bastante sub-utilizado. El lugar tenia su escenario, butacas, inclusive camerinos, telón, y hasta su salita de controles. Recuerdo que una compañera de primer semestre al verlo, le nació la idea de montar una pequeña obra de teatro, la cual realizo únicamente con la ayuda de los compañeros del salón. La obra de teatro fue "Tres Sombreros de Copa" de Miguel Mihura. Dadas mis cualidades histriónicas, me vi relegado al cuarto de controles y audio; así es, yo fui ese que decía "Si, bueno, si, si, Damas y Caballeros, esta es la primera llamada, primera llamada", apagaba y prendía luces, y solo me faltó abrir el telón, porque era manual, en fin. Ese foro también era utilizado para mítines políticos estudiantiles, y shows de fono mímica para los clásicos concursos de reina y rey feo. En alguna ocasión se utilizo para funciones de cine a beneficio de algún grupo representativo de la escuela; me hacia recordad a aquel cine Indio Fernández (también en Juárez), que de día tenia sus funciones a beneficio con películas de caricaturas o de karate, y de noche eran funciones para adultos, en fin.

De los edificios restantes no hay muchos recuerdos, mas no por eso restan en importancia. La biblioteca la recuerdo poco, debido a que fue terminada en mi ultimo año en la escuela, y las oficinas administrativas las recuerdo por las veces que me llevaron ahí para esclarecer alguna bronca o situación, así que muy gratos no han de ser esos recuerdos. Y de los baños "nuevos", lo único que puedo decir es que no servían para "jugar a las canicas", solo para lo que eran, en fin.

Pues ahí la tienen, en pocas palabras, tal vez omitiendo algunos lugares, pero esa era la prepa a la que yo asistí, la Prepa del Chami como se le conoce de cariño. Después ahondare en el otro aspecto: el humano, tanto de alumnos como de maestros y personal. Por lo pronto, si crees que algo omití, expláyate, o quizás pudieras compartirnos algo de tu propia prepa.
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05 septiembre 2006

A donde se va la creatividad?

Me pregunto a donde se habrá ido toda esa creatividad que solía tener de niño? Aquella con la que resolvía casi todos mis problemas, que eran pocos y simples. A donde se fue pues, aquella creatividad a la que recurría siempre para ahogar mi tristeza y divertirme como los demás niños de la cuadra, aun cuando en aquellos momentos mi inmadurez no me permitía entender de malas situaciones económicas, crisis y devaluaciones y por ende, la falta del juguete de moda, o de la ida al cine o a la feria. Que días aquellos, de soluciones simples, de objetivos claros, de imaginación y creatividad para esbozar una sonrisa.

Una de las razones, pienso yo, por las que le dimos fama y nos identificamos con el programa de “El Chavo del Ocho” es porque la mayoría pasamos por algo similar; podemos recordar e identificar al chavo, la chilindrina, el quico y el ñoño de la cuadra. Ya cada cual tomara su personaje, pero para mí, eran geniales las soluciones del Chavo ante la adversidad.

Recuerdo haber jugado fútbol con una pelota vieja, de esas “de antes”, de las ruedas grandes de colores (por cierto, no era del América, era del Cruz Azul)... adquirida de segunda mano y siempre ponchada. Hasta recuerdo en donde los conseguía, era por donde se prolongaba la calle Noche Triste a una cuadra de la esquina de la Mariscal (zona centro de Ciudad Juárez), en un pequeño taller de talabartería; yo los adquiría a precio reducido por la amistad del talabartero con mi padre, en fin.

Después llego la fiebre de “Star Wars”, no no no no no , otro rollo, y claro, surgieron los respectivos juguetes, que hasta hoy entiendo que no estaban tan baratitos. Con muchos esfuerzos, recuerdo que mis padres me regalaron unas figuritas del R2D2 (arturito para los paisas), del C3PO y creo que también tuve al Chewbacca y al Han Solo. Pero de las naves, de esas ninguna porque ya estaban más caras, y es aquí donde entraba la imaginación a trabajar a mil revoluciones por minuto. Pues ahí tienen al magoo fabricando su propia versión del “Millenium Falcon” con dos frisbees de la coca cola, tubos de cartón de los del papel del baño y el que nunca puede faltar, el “teip” gris, y ¡voila!, ahí estaba pues mi propia versión de la nave, que dicho sea de paso la mayoría de los niños de la cuadra preferían jugar con la mía que con la de verdad (me refiero a la nave, claro esta, por aquello del albur).

En otra ocasión, recuerdo que eran los tiempos de la primera visita del papa a México, y en la televisión nos invadían con la noticia día y noche. Tanto fue el impacto causado en mi cerebrito, que decidí hacerle al Zabludovsky, al técnico, floor manager y todo lo demás y me prepare mi propia función, y de nuevo con desperdicios reciclados (se la gane a Greenpeace). Recorte varias hojas en tiras, las pegué con cinta transparente y forme una especie de rollo, y ahí dibuje en cuadros, la llegada del papa en su avión, el paseo por la calle, la Basílica de Guadalupe y la retachada en avión otra vez, incluyendo los monos con sus banderitas del Vaticano. En un panel de unicel, hice dos ranuras en los lados y como si se tratase de acomodar un rollo de fotografía, inserte mi rollito de papel por un extremo, luego por otro, luego ambos extremos los pegue a unos lápices y a darle vueltas, como “cinito”. Luego lo hice todavía más interesante porque la función la hacia de noche, se apagaban las luces, y le pedía a mi hermana que de lejos le apuntara la luz de una linterna a mi “pantalla” a manera de proyector. Me acuerdo que hice varias funciones con mis familiares y amigos de la cuadra; cuales penas? Mi sonrisa era de oreja a oreja al ver el éxito obtenido y sin costos de producción.

Es por eso que hoy en día no me explico a donde se fue tanta creatividad, donde quedo, porque se perdió? Y mi curiosidad tal vez estriba en el hecho de que, en los momentos en que alguna crisis me agobia o algún problema me quita el sueño, ya no viene a mí esa creatividad o imaginación con la cual solía salir a flote de toda situación difícil. Que curioso, cuando uno es niño, sueña con ser adulto, y cuando ya somos adultos, recordamos con nostalgia cuando éramos unos niños.

Hoy, al menos por un instante, no quiero ser adulto ...
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