27 octubre 2006

A dos de tres caidas sin limite de tiempooooo!

El otro día, me encontraba hurgando de nuevo entre un montón de cachivaches polvorientos cuando de pronto la veo... si, era una mascara del Santo, el enigmático "enmascarado de plata", así es, yo tuve una mascara del Santo cuando era niño, y fue que me puse a filosofar acerca del tema. La lucha libre siempre ha estado presente en la cultura mexicana, traspasando estratos sociales, edades y demás fronteras que pudieran limitarla. Creo que todos, o muchos de nosotros, de una manera u otra hemos sido participes de este espectáculo, de esta lucha de fuerzas entre el bien y el mal caracterizadas por los rudos contra los técnicos, mascara contra cabellera, relevos australianos, a dos de tres caídas sin limite de tiempo.

¿Quién no recuerda los muñequitos de luchadores o conoció a alguien que tenia uno? Si, esos que tienen sus brazos extendidos con las manos abiertas y un brazo mas arriba que el otro (la clásica pose de guardia en la lucha libre). Esos muñequitos baratitos que vendían afuera de los mercados, tiendas y hasta afuera de las iglesias pero que hacían las delicias de los niños por horas y horas, pretendiendo ser los mejores luchadores en la mismísima Arena Coliseo, o ya de perdida, en el Gimnasio Municipal. Yo tuve varios de esos, y recuerdo que hasta les fabrique su "Ring" con un pedazo de tabla cuadrado, con cuatro clavos grandes en cada esquina y unas ligas a manera de cuerdas, suficiente para entretenerme por un buen rato.

¿Y de las películas de luchadores? Esas merecen un post aparte, otra cosa, con el Santo y Blue Demon siempre bien trajeaditos y con su mascara súper-apretada que les quedaban los labios así como que "parando la trompita" como dijera Pepe el Toro. Y esos carritos de lujo, siempre convertibles para que lucieran su capa, y que decir de sus habilidades para de unos buenos golpes de hacha, degolladoras y patadas voladoras vencieran triunfalmente a momias, monstruos, vampiros y hombres lobo, y mujeres lobas también. ¿Quién no se aventó una película de esas, mientras no tenia nada que hacer, alguna tarde de ocio en su casa?

Y que decir de las mascaras, esas que son elaboradas con tanto ingenio y con tanta creatividad que ya son parte de ese folklore que caracteriza a nuestra cultura mexicana. Recuerdo la de El Santo (obviamente), Blue Demon, Mil Mascaras, el Huracán Ramírez, Fishman, Tinieblas (sin aluche), y más reciente Lizmark y Octagon, y de luchadores locales como Flama Roja, el Legionario, Rokcy Star, Cinta de Oro, Gallo Tapado, el Samurai, y muchos otros mas que mi memoria me traiciona y no me deja recordar con certeza.

Recuerdo que un día, tendría escasos cinco años, le dije a mi papa que no dejaría pasar otro día mas sin que me comprara mi mascara de El Santo, me prometió que ese mismo día me la llevaría a casa. Lo estuve esperando lo que yo sentí fue una eternidad, hasta que por fin llego, y si, para mi fortuna, llego con la mascara de El Santo. Brinque como loco, me la puse de inmediato, me quite la camisa y salí al balcón de mi casa a hacer algunos "movimientos" de lucha libre, creo que mi mama tomo algunas fotos, ojala las encuentre algún día para mostrar las pruebas de dicho momento eufórico.

Para mi gusto, hubo una época de gloria o segundo aire de la lucha libre en nuestra frontera, y recuerdo bien ese momento. La televisión jugaba un papel importante en este show y ahí estábamos pegados todos, chicos y grandes para ver las luchas, pero sobre todo los programas previos donde los luchadores se hacían de palabras, exhibían sus carencias de estilo y hacían locura y media para preparar la siguiente función de lucha libre. Quien no recuerda al famoso referee después convertido en luchador Julio Quiroga, al grito de "No estoy loco chato, no estooooy locooooooo" y que en una ocasión se agarro a topes en la cabeza con un chivo en pleno programa de televisión. O las discusiones entre Flama Roja y Rocky Star, el primero el rudo de rudos y el otro el ídolo de las masas por su juventud, actos acrobáticos y sencillez al hablar, o a aquellos luchadores que eran del "otro bando", el Baby Sharon y el Bello Armando, mostrando sus pelirrojas cabelleras y ese tono de voz tan "particular" al hablar. Creo que algunos estarán de acuerdo conmigo, independientemente del escándalo, era todo un show.

En una ocasión, mi papa, un tío y yo nos metimos de gorra a una función de lucha en el Gimnasio Municipal de mi natal Ciudad Juárez; mi papá era amigo del electricista del gimnasio y pudimos entrar por la puerta de servicio. Ya sentados por ahí, empezó la función, recuerdo que el lugar estaba llenísimo y hacia bastante calor. Todo transcurría normal hasta que de pronto, sentí que una mujer que estaba sentada junto a mí comenzaba como que a "manotearme", yo la verdad no le puse mucha atención al asunto, pudo haber sido accidental. El manoteo siguió y después era mas frecuente y más fuerte, todo esto sucedía en fracciones de segundos, yo no sabia que hacer, solo atinaba a no voltear a verla, por pena. El siguiente ya fue mas como golpe, así que voltie con intención de reclamarle, y oh sorpresa!!!! La susodicha mujer estaba con la cara toda descompuesta, los dedos retorcidos y se movía, mas bien se convulsionaba sin control; la mujer estaba teniendo un ataque epiléptico ahí a un lado mío, y yo que pensaba que nomás me estaba fastidiando. Aquello era un momento cómico-trágico, no sabia si reír o llorar o gritar. Mi tío y mi papa de un brinco se pusieron uno en cada lado de la mujer, le estiraban los dedos, le controlaban los brazos y mi tío vigilaba que no se fuera a asfixiar con su propia lengua, una escena muy surrealista, irónicamente, como para película de luchadores. De la nada salieron unos paramédicos y una señora que presumimos era la mama de la mujer convulsionada, muy afligida la señora nos daba las gracias por haber "atendido" a su hija. No es difícil adivinar que después de ese momento me jure no volver jamás a las luchas. Si volví una vez, mas a fuerzas que de ganas, a una función de lucha a beneficio de la sociedad de alumnos de mi escuela secundaria, yo tenia vela en el entierro y no me quedo de otra, solo que en esa ocasión estaba en ring side, casi como un VIP, pero como dijera la nana esa del comercial de los frijoles de Apizaco, esa es otra historia.

Por todo esto y mas es que pienso que la lucha libre siempre ha estado por ahí, ligada o infiltrada a nuestra cultura. La prueba es que la lucha libre sigue, tal vez con menos pasión pero ahí sigue, muriendo y renaciendo como el Ave Fénix, ídolos van, ídolos vienen, hasta el gabacho se quiere arrimar al "fenómeno" este de las luchas mexicanas, que hasta hicieron la película esa de Nacho Libre.Todo estos recuerdos y pensamientos filosóficos vienen pues como resultado de encontrar tales objetos en el ático... órale.

Y tu, ¿Cuál mascara tenias?, ¿Tuviste muñequitos de luchador? Aviéntate tu historia, desde la tercera cuerda....
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18 octubre 2006

De Burritos y Burreros

Clásica escena de un hogar en Ciudad Juárez a la hora de la comida, por allá en los mil novecientos shhhhmmmgggttt y tantos:

- Maaaaa, tengo mucha hambre...
- Aguántate un poco, ya casi esta lista la comida...
- Pero tengo hambre...
- Toma, comete este burrito de tortilla con sal...
- ¿Burrito? ¿Qué es un burrito?

Así comenzaba mi introducción a este platillo tan original del norte de México, pero sobre todo, de mi Ciudad Juárez: Los Burritos. Los hay de todos los guisos habidos y por haber, pero su base es la tortilla de harina, aunque yo también agregaría como base una embarrada (no es albur) de frijoles refritos. Los hay de carnes como asado de puerco, chile colorado, barbacoa sola o "terciado" (o sea con guacamole), de fajitas, de mole, de picadillo, de chicharrón, de "winni" (salchicha) y los vegetarianos de chile con queso, de huevo a la mexicana, de chile relleno, de nopales (muy común en semana santa), etc, etc, etc. Y mejor le paro antes de que despierte tanto a mi tripa y salga volando ahora mismo por uno.

El burrito puede ser tan sencillo como el descrito al comienzo de esta historia: una simple tortilla con sal enrollada, o tan sofisticado y hasta "gourmet" que pueda incluir una mezcla de algo asi como mariscos, con cierta salsa extraña, etc., pero eso si, siempre envuelto en la tortilla de harina; esta es la característica, el requisito para que sea llamado burrito.

Como verán y ya sabrán, la variedad es amplia, asi como los lugares que se dedican a la venta exclusiva de este platillo. En Ciudad Juárez hay varios lugares, unos muy antiguos, unos que son considerados clásicos y unos mas nuevos, pero todos con el mismo fin, ofrecer los mejores burros al cliente.

El idilio con los burritos comenzó en mi época de secundaria y los "Burritos Tony", ahí por el Parque Borunda, (para los borrachotes, junto al bar Papillon... hora feliz y carne asada los Viernes, pero esta es otra historia.) Estos son en verdad unos burritos memorables, por ahí supe que el fundador comenzó vendiendo burritos en un canasto a las afueras de la secundaria del parque, luego en un camión, y después consiguió el local ese junto al parque. Aquí la especialidad eran los burritos de lengua, no, no piensen mal, de lengua de res en salsa de tomate, muy buenos. Ahora ya con un gusto mas critico, puedo decir que tal vez no eran los mejores, inclusive la tortilla como que la servían un poco fría, pero en ese tiempo lo que importaba es que eran la excusa perfecta para salirnos de clases, ya sea por la puerta principal o brincándonos la barda.

Poco después, ya en la prepa, llegaron los burritos de "El Burrito Crisóstomo", ahí en la esquina de Vicente Guerrero y Adolfo de la Huerta, los que para mi gusto, siguen siendo los mejores burros que pueda conseguir en Juárez. La novedad que estos burros trajeron fue que las tortillas de harina eran hechas a mano y ahí mismo, en vivo y a todo color, por varias señoras, estilo que asi sigue hasta la fecha. Estos burritos, además de estar buenísimos, tenían además la particularidad de ser servidos por un individuo tan chistoso, que a veces mis compañeros y yo íbamos solo para escuchar las tonterías que decía:
-Me da dos burritos de chicharrón..
-Salen dos de suegra ¡
-Me da uno de lengua...
-¿Uno de lengüita tu y yo solitos?
-Me da uno de barbacoa...
-Sale uno de doberman!
-Me da uno de "winnie"...
-Ay, ay, ay chiquillo.... ahorita te lo doy...

... y demás leperadas que contestaba el tipo este, pero que hacia las delicias de los clientes mientras hacían fila o degustaban sus burritos ahí parados.

Para los trasnochados, recuerdo que después de una noche de disco por la Avenida Juárez, se podía rematar con una buena dosis de burritos en el "Tin Tan", junto a la cantina del mismo nombre, ahí por la Avenida 16 de Septiembre. La especialidad de este lugar eran los burros de chile relleno, por cierto, también buenísimos, tal vez en parte por el hambre y los efectos del alcohol, pero su merito tienen, estos son unos de los burros con mas tradición y antigüedad en la ciudad.

También existían en aquellos tiempos los burritos "El Choque", ahí en la Plutarco Elías Calles e Insurgentes, para mi gusto muy parecidos a los del Crisóstomo, pero muy buenos. Ya con el tiempo fueron llegando mas, "El Burro Medallas", "El Burrito A-Travieso", "Burritos Robles", "El Choque" que abrió otra sucursal ahí cerca del Tec de Juárez, cerca del puente "al revés", también sin olvidar a todos aquellos puestecitos cerca de las escuelas, oficinas, bares, etc.

Todos en Ciudad Juárez (y tal vez en algunas otras partes de México, inclusive hasta del mundo) tienen una historia que contar acerca de este platillo tan peculiar, tan sencillo pero tan sabroso: el burrito. Nuestras vidas pueden ser muy complicadas, muy apuradas, muy sofisticadas, pero siempre habrá espacio para un buen burrito.

Y tu, ¿de qué vas a querer tu burrito y de donde?

Cuéntame tus historias de burritos...
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12 octubre 2006

Bajan en la siguiente parada !

Entre tanto recuerdo nostálgico y retro (obviamente sacado del ático), no podían faltar historias o anécdotas del camión, rutera, colectivo, guagua, o como le gusten llamar, y si esto se combina con el impredecible clima de Ciudad Juárez creo que las historias son todavía mejor; hay como en botica: de todo un poco.

Mi experiencia personal hace que me remonte hasta los tiempos en los que las famosas "ruteras", termino con el que se les conoce a los hoy camiones de transporte publico, eran simples camionetas tipo van, algunas mas sofisticadas con el techo modificado para que los pasajeros pudieran ir parados durante el viaje, sin tener que doblar el cuello cual si fueran contorsionistas de circo, aunque en realidad si que era un circo viajar en ellas.

Con el pasar de los años esas camionetas comenzaron a ser sustituidas por camiones de los utilizados en las escuelas americanas. Pero no todo fue así, antes también existían camiones mejorcitos, algunos eran antiguos camiones de transporte publico americano (para variar) pero pues era mejor que ir apretujado como sardina en aquellas camionetas tipo "van".

En mi época de secundaria y de preparatoria fui un usuario asiduo del transporte publico. Recuerdo en mis años de secundaria, que llegaba tempranito a la parada del camión, siempre intentando llegar temprano a mi escuela y antes que nadie a mi salón, pero muchas veces también, procurando abordar siempre el mismo camión. Este era conducido por un señor ya grande, muy serio pero muy amable, de pocas palabras, el típico señor "de antes", con el pelo relamido hacia atrás con brillantina (tipo la wildrot), su bigote de Viruta y Capulina, y siempre con la misma estación de radio sintonizada: Radio Cañón. Ahí escuchaba yo esos boleros de Javier Solís que tanto le gustaban a mis papas, sin olvidar esos comerciales de productos "milagrosos" para curar todo tipo de males: "... obtenga ya sus pastillas Redusan, de sus laboratorios Camacho", así por el estilo eran las frasecitas del comercial de radio, en fin.

Ya durante la prepa fue disminuyendo mi uso de dicho transporte, a veces mi hermano me llevaba, a veces alguien pasaba por mí, a veces tenia que caminar un buen tramo hasta llegar a la parada de camión de la ruta que me dejaba mas cerca de la escuela. Fue durante esta etapa donde viví tan peculiar situación, de esas para contársela a los nietos.

Recuerdo muy bien una mañana, eran los primeros días del año, regresaba de vacaciones de invierno y teníamos exámenes semestrales, yo no podía faltar, así que era la misma rutina matinal: escuchar el despertador, apagarlo, escucharlo de nuevo a los nueve minutos, apagarlo de nuevo y esta vez si me levantaba, darme un baño, ponerme el uniforme, desayunar algo muy pero muy rápido y listo, hacia la puerta. Esta rutina era tan común que la hacia medio dormido y hasta con los ojos cerrados y esa mañana no fue la excepción. El problema fue que al querer salir, la puerta no abría, fue entonces cuando me di cuenta que estaba nevando! Y que probablemente ya tenia algunas horas nevando por aquello de no poder abrir bien la puerta.

Pensé en no dar un paso afuera y quedarme en casa, pero eran exámenes semestrales, asi que hablé a la prepa, no me contesto nadie, era demasiado temprano tal vez, le hable a un compañero, estaba en las mismas, no sabia que hacer. Total que me decidí, me había levantado muy temprano y yo tenia que ir a como diera lugar a la escuela ese día. Me arropé bien y me fui caminando hasta la parada del camión, la caminata fue de unos quince minutos, fui acumulando nieve sobre mí. Llegando a la parada, esperé lo que pareció una eternidad, cinco minutos y ningún camión, diez minutos y la misma suerte. Como a los quince o veinte minutos por fin paso un camión, para mi desgracia una "rutera" (de las camionetas que describí anteriormente) y venia llenísima, pero me dije – al menos voy a viajar calientito – y me subí, no sin antes sacudir los centímetros de nieve que ya había acumulado, ahora entiendo al famoso "Frosty".

No vi a nadie que pareciera estudiante, durante el camino pensaba si había hecho lo correcto, pero a la vez venia a gusto porque ya no estaba en la nieve, todo esto hace que por poco se me pasara mi parada, así que grite el típico ¡Bajan! y de ahí caminar media cuadra hasta las puertas de la escuela. Sucedió lo que me imaginaba y la lógica me dictaba que sucedería. Ahí en la puerta principal se encontraba Oscar el conserje, únicamente con un suéter y una bufanda (tengo que describir al tipo este: como de dos metros, enorme, así como Trucutu, buenísima onda con los alumnos, en fin), haciendo señas con sus brazos de "No", refiriéndose que no habría clases, exámenes o actividad ese día en la prepa. Me sentí frustrado - me debí haber quedado en casa ese día - pero ya estaba ahí, mi pregunta fue ¿cómo me voy a regresar? - Pues por el mismo medio, ¿cómo que como? – me contesté a mí mismo. Al final de cuentas, un compañero de la Banda me dio un aventón de regreso a mi casa, su mama estaba sorprendida de cómo me había atrevido a irme así a la escuela nevando .... hasta la fecha, ni yo mismo me lo explico.

Creo que fue la única vez que me atreví a salir así en la nieve, creo también que fue la ultima vez que nevó de esa manera en la ciudad. Hace poco vi en un noticiero local que el meteorólogo pedía fotos o video de una famosa y copiosa tormenta de nieve que hubo en Enero del Ochenta y tantos ... por mi mente paso la idea – pregúntenmelo a mi – solo que no tenia fotos, mucho menos video. Ahhh pero eso si, también pensé, el transporte publico ahí estuvo al pie del cañón, llueva, nieve o relampaguee.

Compártanme sus historias de camiones, o de aquellas nevadas, si alguien se acuerda, o de lo que sea; retroalimentación.
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04 octubre 2006

Corre, corre que te alcanzo

"Lo más importante no es el fin del camino, sino el camino.
Quien viaje demasiado aprisa se pierde la esencia del viaje."

Louis L'Amour


¿Se han preguntado cuando fue que empezamos a vivir la vida tan aprisa? ¿Por qué vivimos la vida así, siempre corriendo, trastabillando y en veces hasta atropellando a los demás por llegar "a tiempo" a cierto lugar, a cierto destino? En nuestra época actual, nos hemos aislado tanto de los demás, que el único común denominador que existe entre todos nosotros es la vida acelerada, vivir de prisa, correr, correr y correr, hasta llegar ¿a dónde? no lo sabemos, solo lo hacemos; hemos perdido la esencia del viaje, que es la vida misma.

No me voy a excusar ni exonerar de culpas, lo acepto, yo también lo he hecho, he vivido deprisa y me he desesperado de la "lentitud" de los demás en múltiples ocasiones, pero a veces reflexiono sobre esto y me causa una cierta tristeza. Por ejemplo, al manejar por las mañanas rumbo a mi destino laboral, volteo al espejo retrovisor, y veo caras irritadas, molestas, desesperadas, algunas escondidas detrás de unas gafas oscuras, o de un contenedor térmico (asumo que contiene café) pero al fin y al cabo en la mayoría veo lo mismo: esa ansiedad, esa desesperación por llegar primero, por ir mas aprisa que los demás, por ganar y no sentirse atrás, abajo en el marcador, un perdedor.

Podríamos decir que en parte se debe a la naturaleza competitiva del ser humano, pero no creo que sea natural, nos han hecho así, nos han programado para ser competitivos, siempre buscando el primer lugar, siempre tratando de ser el mejor, siempre el universo girando alrededor nuestro, lo demás - pero sobre todo los demás - pasan a segundo termino, que casi es lo mismo que nada, los ninguneamos, porque solo importamos nosotros. Es verdad que nadie mas va a vigilar y abogar por nuestros intereses mas que nosotros mismos, pero ¿para que queremos lograr objetivos, ganar y llegar primero si no habrá nadie mas con quien compartir esos logros o triunfos?

Es verdad que las circunstancias de la vida nos llevan a esta carrera de ratas: si no trabajo, no como. Pero a veces no es suficiente, y el consumismo nos absorbe, entonces buscamos tener mas, ser mas, tener el auto más nuevo, la ropa mas nice, la casa o el departamento en la mejor zona, etc. Nos olvidamos por completo de satisfacer las necesidades básicas y nos vamos mas allá, por lo mismo, el cuento es el mismo: no me alcanza, no es suficiente, no tengo nada.... y a pedir créditos y hacer mas rico a alguien mas, mientras uno se endeuda cada vez mas y vive al día.

Las lista de razones puede seguir creciendo, pero cada quien tiene sus razones para andar por la vida con prisa, con preocupaciones, enajenado de lo que pasa, pero sobre todo, de quien pasa a nuestro alrededor. Solo por una vez, detengámonos por un momento, reflexionemos aunque sea una vez, si vas en tu auto, apaga el radio, o en lugar de escuchar las noticias, escucha una canción que te guste, y reflexiona, demuestra un poco de cortesía, cede el paso, no pierdas el control, respira profundo y espera antes de ofender a alguien. Recuerda que nadie es perfecto, y todos estamos aquí para vivir en sociedad. No estoy diciendo que antepongas las necesidades de los demás antes que las tuyas, pero recuerda que para vivir en sociedad se requiere un poco de paciencia, respeto y valor de tu parte, de cada uno de nosotros, pero tenemos que empezar por nuestra casa, por nosotros mismos. Tratemos de vivir la vida paso a paso, no corriendo, porque si no corremos el riesgo de perder la esencia del viaje. Es una buena manera de trascender ¿no crees?
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01 octubre 2006

Hacer o no hacer ...

.... o mas bien dicho, cortarle o no cortarle.

Por ahí alguien me mando estos puntos aclaratorios acerca de la vasectomía, así que, para todos aquellos (incluyéndome, claro esta) que alguna vez les ha pasado la idea por la cabeza, pues he aquí unos puntos, que la verdad me parecieron muy graciosos. Habrá unos que estén de acuerdo, otros en desacuerdo, para todos hay, ya veremos que opinan todos ustedes. Saludos ....

Mitos y Realidades

1.- La vasectomía hace lucir mas grandes tus testículos, ¿cierto o falso?
R.- Falso, solo crees que tienes unos huevotes porque te atreviste, pero es cierto que al día siguiente sientes que te llegan a las rodillas.

2.- Una vez terminada la operación, sales caminando, ¿cierto o falso?
R.- Cierto, sales caminando, pero llegas a casa gateando cuando se pasa la anestesia.

3.- La vasectomía es una operación sin dolor, ¿cierto o falso?
R.- Cierto, la operación no duele, pero la anestesia que te inyectan directo en el kiwi es una mentada de madre.

4.- La vasectomía te hace ver mas joven, ¿cierto o falso?
R.- Cierto, después de que te rasuraron bien los kiwis, te verás como lucias en primero de secundaria.

5.- La vasectomía se realiza con una pequeña incisión en los testículos, ¿cierto o falso?
R.- Falso, se hace en un punto que los estudiosos conocen como "nies", porque nies un huevo, nies el otro, nies la pistola, nies nada.

6.- Después de la vasectomía, el miembro podría decirse que adquiere básicamente un aspecto similar a Barney, ¿cierto o falso?
R.- Cierto, la cabecita se queda morada.

7.- El costo de la cirugía es muy bajo, ¿cierto o falso?
R.- Falso, a pesar de que es una cirugía gratuita, en realidad te cuesta un huevo.

8.- Después de la cirugía te dicen el "Canderel" o "Zacarino",¿cierto o falso?
R.- Cierto, porque endulzas pero no engordas.

Así que si alguien ya se la hizo, desembuchen su experiencia, y si no, o la están pensando, pues también expresen su opinión.
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