18 agosto 2009

Brincando años

“Uy vieras que este niño es rete inteligente que ya sabe leer y escribir, no tiene caso que lo dejemos en este grado, lo vamos a pasar al siguiente para que así termine bien joven y se gradúe y .....”

¿Les suena familiar? En nuestra sociedad se vive una ambigüedad en el muy particular tema de la educación de los niños. Algunos están a favor de que, si el niño muestra las condiciones de aprovechamiento académico, se le deje avanzar a pasos agigantados, convirtiéndoles así en los famosos “niños prodigio”. Otros están a favor de que, tanto estos niños como cualquier otro, sigan su curso normal, vivan lo que tengan que vivir, y así hacerles un bien a futuro. Yo sinceramente estoy a favor de lo segundo.

Tal vez sea el afán de una madre que por ver sobresalir a su hijo le impulsa a que brinque los años, avance grados académicos con la rapidez del tren bala para que así termine pronto la escuela y sea un gran ejemplo. Pero ¿un gran ejemplo para quien? Se pasa la educación primaria como brincando charcos por las piedritas, la secundaria y la prepa cual vuelo del águila por el nido, luego llega a la universidad convertido en todo un Doogie Howser MD, objeto de miradas, columnas de diario y la portada de la revista Times, ¿y después que sigue?

Lo malo aquí es que nadie le pregunta su sentir al protagonista. ¿Será que el niño quiere todo eso? Tal vez a temprana edad, el niño te conteste que si, eso es lo que quiere, pero seria ya una respuesta contaminada después del adoctrinamiento (shampoo de cerebro) recibido en casa de que brincarse los años es la mejor opción, si no es que la única, la plus ultra.

Yo pienso que el niño debe de vivir cada etapa a su tiempo, porque tiene que disfrutar cada uno de esos años de escuela, por muy aburridos que parezcan, porque no todo son libros y estudio. Lo que complementa ese sabor de los años de escuela es la convivencia con los compañeros, maestros, padres de familia, los viajes, las aventuras, y todo esto se da con mas facilidad cuando se vive cada etapa en su respectivo tiempo. Pienso que el niño debe de ir madurando junto con los demás, para que así se puedan compartir las mismas cosas con el mismo gusto o curiosidad, sin espantos, sin sobresaltos, sin confusiones. Es verdad que no todos maduran igual, pero si aunado a esto le haces brincar los años, el proceso de adaptación puede resultar mucho más difícil, aunque en apariencia todo siga un curso normal.

Dejemos pues que los niños sigan su camino a su propio paso, y que ellos mismos nos dicten la dirección de acuerdo a sus facultades, tratando de resistir, como padres, nuestras ansias de gloria en el camino. Si llegaras a sentir que en realidad necesita brincar dos cuadritos en vez de uno, piénsalo dos veces antes de hacerlo, piensa a futuro, pero sobre todo piensa en tu niño(a), los triunfos son de ellos, no de nosotros, al fin y al cabo también ellos son prestados. Piénsalo, o míralos en este espejo...
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10 agosto 2009

Despertares

Como en la película del mismo titulo, no sé si ahora apenas despierto, o escribo desde mi oscuridad, desde mi silencio eterno, del cual desperté para explorar este experimento, al cual tal vez nunca debí de haber despertado.

Infinidad de veces he escuchado que el artista toma su inspiración de una musa, o de varias. Pareciera que la mía se fue volando por la ventana, esa misma ventana a la que me asomo de vez en vez, de noche en noche buscando desesperadamente algún halo de luz, de inspiración, en la luna, en las estrellas, en la eternidad de la noche, y ni siquiera llega el eco, es como si la noche fuera una cámara de vació, donde ni mi propia voz interior se escucha.

He vuelto al mundo de los aparentemente vivos, al mundo donde los héroes son canjeados por fantasmas que nunca regresan, y no hay quien nos rescate de nuestra propia miseria. La carrera por ser un héroe de la clase trabajadora, de la población económicamente activa es dura, es difícil y esta llena de complicaciones, pero sobre todo, es un gran monstruo que te devora poco a poco, es como una especie de agujero negro que succiona todo lo que a su paso se atraviesa osadamente.

¿Despierto a este mundo que pareciera al revés o mas bien vuelvo a dormir en las tinieblas de ese mundo extraño? La pregunta resuena fuerte en mi mente, mientras mis días se van en juntas, tareas, servidores, ordenadores, planes, evaluaciones, café, café y mas café y poco sueño durante las noches. Pero también se me ha ido entre juegos, pleitos, regaños, y una extraña pero amena convivencia con los tres enanos mas encantadores, mas difíciles (creo que una mejor palabra seria “especiales) y mas fascinantes que puedan existir. También mis días se me han ido reencontrándome con una vieja amiga de noches melancólicas, románticas y amenas: la guitarra, esa gran pasión inconclusa de sueños de juventud. Estos dos últimos ingredientes de la formula son los que me inclinan a pensar que estoy mas despierto que dormido, pero también dormido se da la creatividad; se dice que el ser se sigue manifestando por medio del inconsciente, por medio del sueño, tal vez la definición depende del lado de la acera de donde se vea la calle.

Mientras se llega el día en que me libere de la prisión de ser el héroe absoluto de la clase laboral, no me queda otra mas que seguir adelante, por esto o aquello, que si valen o no la pena, hay que seguir en movimiento, ya después se vera si cambiamos rumbo, pero siempre en movimiento, porque estando estáticos, sin movernos, se pierde el equilibrio, y el golpe es duro.

Es grato volver a dormir, o volver a despertar, como guste verse.
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