La nevada que cayo la semana pasada por estas tierras me ha dejado con muchos recuerdos. Es un espectáculo que difícilmente se llega a ver por estos rumbos. Pienso para mis adentros “y todavía hay gente que no cree que el cambio climático sea una realidad”, pero lo es, esto seguro que mi viejo y mi abuelo estarían de acuerdo conmigo.
Al final de cuentas la nevada no estuvo copiosa, no vivimos en una región geográfica donde esto sea algo normal como en los bosques, pero al fin y al cabo era común, hace unos vente años, que nos cayera mínimo una nevadita cada año, cada invierno. No recuerdo cuando fue la ultima vez que nevó como este pasado sábado, pero me alegro el día, y me hizo recordar esas mañanas de nevadas en mi barrio, cuando era un chiquillo (también había chiquillas) y salíamos a la calle a jugar “guerritas de nieve” y hacíamos muñecos de nieve y nos divertíamos como enanos. Las clases se suspendían, las calles quedaban semivacías, todo estaba a nuestro favor... que tiempos aquellos.
Solo espero que no sea la ultima, porque me quede con las ganas de hacer un muñeco de nieve por la poca cantidad que cayo por mis rumbos, pero ya será la próxima. También espero que la nevada sea entre semana, y mejor en un viernes o un lunes para extender el fin de semana, perfecto para un café, o chocolate caliente, y un buen libro, claro, después de la requerida guerra de nieve.