De nuevo llevo tiempo sin recordar nada de lo que sueño, ya se me esta haciendo costumbre. Cual deporte extremo, cada noche preparo mi mente, con mi ultimo pensamiento, para preparar el ambiente propicio para los sueños, pero de nuevo, el intento es fallido. A la mañana siguiente, la mente esta en blanco y con un cansancio excesivo por el esfuerzo de levantarse a comenzar un nuevo día. Aparte de no recordar los sueños, es como si no recordara que de alguna manera descanse… se me olvida por completo y la somnolencia se hace presente.
Es como si tuviera una maquina devoradora de sueños al lado mió, que cada noche, en cuanto emprendo el viaje al mundo onírico, dicha maquinita se prende y comienza a tender sus redes, pero es mañosa, pues engaña a mis sueños de tal manera que, estos piensan que triunfantemente, conforme pasa la noche y se van desarrollando, van a llegar a un final feliz y sobre todo, a ser plasmados en mente y muy probablemente también en papel para ser inmortalizados. Pero no es así, la trampa esta al final, casi en la meta, antes de llegar, la maquina levanta su red, atrapa los sueños y se los devora cual aspiradora automática de cuatro caballos de fuerza.
Y al despertar, de nuevo estoy solo, yo sin mis sueños, o bueno, con un acompañante ya familiar: el cansancio. Y lo voy arrastrando durante el día; con sueño y sin sueños, que ironía. Al menos la maquinita imaginaria esa no atrapa los sueños de vida, de proyectos o de ilusiones… ¿o será que la muy hija de puta también me engaña a mi haciéndome creer que solo se roba los de la noche, los de la mente y subconsciente y en realidad viene por los míos? Donde la atrape…. Creo que pondré el despertador para tenderle yo una trampa… una noche de estas….