Después de
andar en todo y no hacerla en nada, regreso al lugar donde me inicie en los
menesteres chismograficos digitales: mí hasta ahora abandonado blog.
Porque
siempre habrá algo que decir, una mentada que espetar, un reclamo al aire que
hacer, memorias por contar, traumas por oxigenar, catarsis por pseudo ejercer,
en fin… Ahora más viejo, con algunos años
de “experiencia” y con hartazgo de muchas cosas, medio anárquico el vato pero sin
rumbo.
En estos días
me tomo unas vacaciones voluntarias del mundo de las redes sociales. Las corte de tajo; me harte de todo y de
todos. Las redes sociales pueden servir
de enlace pero las dirigimos a lugares de fines muy oscuros. Las redes pues (en particular la de la “efe”
azul) son el escaparate de la estupidez humana.
Y no me excluyo porque sé que soy la principal causa de mi
hartazgo. El tiempo invertido en exceso
en ese rincón digital glamoroso me dejo así, pero al final de cuentas lo hacía sin
que nadie me obligara, solito me ponía de pechito, por lo mismo tome la determinación
de dejarlo a la “cold turkey” como dicen los gringos, de tajo y sin decir agua
va.
Al menos el
mentado “ejercicio de liberación” me ha dejado más tiempo, de ocio y/o de
aprovechamiento para retomar un poco de lectura, hobbies y de introspección. Pero sobre todo para vivir y disfrutar de la
vida al día en el mundo real, el que de verdad importa, en el que la interacción
es real, sin caretas, frases fingidas, comentarios obligados y el tenga buen hombre su like.
Veamos
hasta donde llego, pero por lo pronto retomo este espacio, y este ejercicio que
desde siempre me apasionó: el ordenar letras, palabras, ideas, y escribir…