11 abril 2018

Ilusiones Pasajeras



La realidad hoy en día se pone en duda, en todas partes, en todos los aspectos.  Esa saturación de realidad virtual y esa explosión de redes sociales nos hacen cada día más difícil la tarea de diferenciar entre lo que es real y lo que es una ilusión.  Ese es el propósito de dichas herramientas, pero, ¿o nos muestran una desviación de la realidad existente o más bien nos destapan una realidad que no queremos ver?  Sobre todo cuando se trata del tema de la amistad.  Pensamos que contactos es igual a amistades, “likes” es igual a interacciones, a aceptación, a cariño verdadero.  Pero no es así, todo eso es solo una ilusión, una imagen pintada de una realidad mucho más cruenta y que nos reusamos a ver, pero que más aun, nos reusamos a aceptar.  Nos gusta vivir engañados, y cuando llega la desilusión, el golpe es mas duro.

En redes todos somos muy valientes, muy cariñosos, muy amigos, muy populares, muy chingones; el modelo más cercano a una cuasi perfección.  Y cuando se trata de amistad pues ¡ni se diga! Y buscamos tener el mayor número de contactos o “amistades” en tal o cual red; entre más tengamos, mejores seremos.  Y lo peor del caso es que nos creemos esa mentira, y sentimos que somos re amigueros, populares y aceptados por muchísima gente.  Pero en el fondo sabemos que no es así, que a la mayoría de esos contactos ni los conocemos en persona, o tenemos años que no los vemos, y ni si quiera nos agradaban cuando se sentaban a dos filas de la tuya en aquel salón oscuro de la escuela secundaria.  Pero hay que alimentar a la ilusión, agregar contactos y dar muchos likes.  Porque a mayor número de likes otorgados, mayor la probabilidad de que sean los likes recibidos.  Y la remuneración es inmediata, me siento “in” y tengo ya mi dosis de validación por esa hora, o quizás minuto, dependiendo que tan atrofiada este mi atención.

Me pregunto qué pasaría si invitase a alguno de esos contactos a tener una interacción en el plano real, compartir un café, una cerveza o un té orgánico, lo que sea con tal de tener una buena platica y comparar ideas más allá de un meme o de un video pendejo.  La respuesta la tengo, pero me niego a buscarla, más que nada a aceptarla.  Y es por eso que preferimos quedarnos así, en esa ilusión de amistad.  SI la misma interacción real no es garantía de amistad, ya sea en el trabajo, en la escuela, en donde sea que tengamos esa falsa relación de casualidad, de interés, ahora en el mundo virtual las probabilidades descienden aún más de encontrar sentimientos verdaderos.

A veces, para tratar de darle sentido a la maraña de sensaciones, me gusta metaforizar la vida y sus interacciones personales con un simple viaje en tren, “el subte”, “el metro” o como le quieran llamar.  Un tren que da vueltas y a veces pasa por las mismas estaciones, o a veces cambia de ruta.  Y suben y bajan muchas personas por cada estación a lo largo del viaje.  El carro en el que viajas es tu momento presente, tu círculo cercano.  Las estaciones son etapas de tu vida.  Y en la estación Universidad suben muchos, algunos se quedan en la otra orilla del carro.  Los ves a la distancia, los saludas asintiendo con tu cabeza, recibes respuesta de algunos, pero de otros no, inclusive una mala mueca te llevas.  Con algunos hasta juegas cartas y platicas a carcajadas, beben de todo, comparten de todo mientras dura el viaje.  Luego en la estación Obrera, bajan unos y suben otros cuantos.  La historia pareciera repetirse.  Y aquellos con los que conviviste de cerca durante parte del viaje te duele dejarlos en tal o cual estación.  ¡Ni modo, tenían otro destino!  Y te dices esto mientras los ves hacerse más chiquitos por la ventana hasta que el tren da alguna vuelta y desaparecen por completo. 

Y es probable que a algunos de ellos te los vuelvas a encontrar en otras estaciones más adelante, pero la situación es diferente, ya no hay lugar cerca de ti, los ves de lejos, asientes con la mirada, con suerte hay respuesta, muchas veces solo hay un teléfono celular de por medio bloqueando la interacción.  Y los ves bajar de nuevo, y en veces ni cuenta te das que ya se bajaron solo después de que el tren prosigue su marcha.  Hay algunos, muy pocos, que se van a quedar contigo durante todo o casi todo el viaje.  Y para esos hay pocos lugares, como esos asientos dobles orientados frente a frente.  Son pocos pero locos, ¡son tus locos!  Los demás son casualidades, ya sea porque les toco la misma ruta, o porque necesitaban cambio y te pidieron prestado, y si tal vez se quedaron durante alguna estación, pero no más.

Habrá aquellos que se queden contigo hasta la penúltima estación, y querrán seguir, pero tienen que transbordar, es otra su estación final, siempre lo es. Y ya al final, te encuentras tu solo en ese vagón, sin más luz que la que alcanza a entrar por las ventanas mientras el tren se sigue moviendo.  Y en esta estación si te la rifas solo, porque así tiene que ser.  Y tal vez te des tiempo para meditar un poco acerca del recorrido y las estaciones, y la gente que subió y bajo, y lo que aprendiste, si es que algo te quedo.  Entonces podrás echarte a reír y a llorar mientras revives todo aquello en cuestión de segundos.  Y después, se acabó el viaje.


Así es la vida ¿o no?
Unos suben, otros bajan, “ay que chido la pasamos”, “eres muy especial”, “no tienes idea cuanto te quiero”, y luego se bajan y ¡tan tan!  Y tal vez los volvamos a ver a la distancia, y nos alegremos y también nos duela, pero el tren sigue su marcha, no se detiene por nadie una vez que esta en movimiento hasta llegar a su estación final.  Such is life!
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3 comments:

Anónimo dijo...

Que te digo, una verdadera verdad TODO. Me sorprende que a las generaciones de hoy, les afecte tanto dejar "en visto", no le diste like a mi foto, cuantos like tenga una publicacion, y muchas mas tonterias para mi, pero para ellos es tan importante casi como respirar. Que locura!
Cuando yo tenia 15 (la edad de mi hija) todo era mucho mas sencillo. Mis amigos y yo conversabamos en persona, saliamos al cine, nos desvelabamos platicando afuera en la banqueta. Todo era real. Esta generacion, junto con la tecnologia me dan tanto miedo.
un gran abrazo Magoo :D
Maru de chocolate

Mr. Magoo... dijo...

Este mundo virtual nos tiene medio descolocados creo yo, a esa generacion como la nuestra, que tuvo un pie en la era previa a los adelantos tecnologicos y el otro en esta nueva era tecnologica. Pero Bueno, Habra que observar y llevar. Saludos Maru!

The zamma dijo...

Tienes toda la razon.
Las redes han invadido todos los ámbitos de las relaciones humanas, controlan, crean tendencia y sobretodo absorven a nuestras juventudes y también a los no tan jóvenes.
...hace ya bastantes años que no entraba a mi blog. Me animé a comentar en tu blog.
Si algún día abres nuevamente este blog
¡Te dejaré un saludo!