El elixir mañanero
Otra mañana de Lunes, y de Martes y del día que sea, pero que difícil se me esta haciendo la sencilla tarea de mantenerme despierto y parecer estar “vivo” en este mundo de muertos ambulantes. Pero como siempre, recurro al que ahora ya es remedio, compañero, pretexto para reuniones y buenas charlas, y acompañante solitario: el café.
Al tiempo que bebía de mi taza quise recordar el tiempo que lo llevo bebiendo, como fue que comenzó, quien fue el cómplice y demás etcéteras. Bien dicen que recordar es vivir, y esa introspección me llevo a tiempos lejanos; brincos atrás en el túnel del tiempo.
Creo que mi primer intento de “cafetear” fue en casa, con mi mama, cafetera de corazón, quien con el tiempo se tomaba tantas tazas, que mejor recurrió a un infalible remedio para dejar de contarlas: se las tomaba en tarro cervecero. El primer tarro fue algún regalito de esos que te traen de algún viaje o que se yo de donde. Mejor uso no le pudo encontrar mi madre, y asunto arreglado. Después con el tiempo, llegaron mas tarros, y ya en la actualidad, las mega tazas ahora si exclusivas para café tamaño familiar. El caso es que con ella comencé siendo yo un mocoso de tal vez ocho o nueve años: cafecito con leche, azúcar y acompañado de algún pan de dulce, mis preferidas conchas o con algunas galletas.
El vicio no hecho raíz en ese momento, era más de ganas así que se fue olvidando, hasta que llegaron las citas con mi viejo. Cuando cursaba yo mi nivel de enseñanza media, y necesitaba de algún material o libro, siempre me citaba en el centro de la ciudad, en el legendario Café La Nueva Central. Siempre llegaba puntual, antes que yo a la cita, y ya me esperaba con un “cortado”, aunque el si lo pedía en taza, porque una particularidad que tenia ese lugar (ignoro si todavía la tiene) era servir el café con leche ya mezclado en vasos de plástico largos, donde te arrimaban una canastilla de pan de dulce y pagabas lo que consumías. Era todo un folklore el tomar café en ese lugar, y ver a los filósofos de barrio hacer sus juntas ahí, así como personajes muy típicos de nuestra ciudad, de todo había; como extraño esos tiempos.
Después llegaron mis tiempos de estudiante universitario y había que “echar” el cafecito para mantenerse despierto si se trataba de sesiones de estudio o de elaboración de trabajos hasta altas horas de la noche; lo que fuera para mantenerse despierto, en veces era mas juego que estudio pero bueno, mientras no se mezclara con alcohol porque entonces si terminaba en fiesta y el estudio quedaba en el olvido junto a la taza de café.
En la actualidad, creo que valoro la tacita de café tanto por lo que me reaviva por las mañanas, como por el “adhesivo social” que este implica; siempre es el pretexto para compartir con mis amigos, el cafecito con historias de amor, desamor, noticias actuales, proyectos, anhelos, sueños, etc. Del café que sea, aunque tengo que confesar que si soy fan del transnacional de la sirenita verde, pero mientras sea café, creo que sienta bien para la platica. Así que aquí estamos a la espera de más historias que tejer entre el aroma a café y el ruido de las tazas conjuntado con el de las voces y el mundo urbano.
13 comments:
Yo también amo el café, lo he tomado toda mi vida y como dices, es pretexto para pasar un rato agradable con alguien, o el simple hecho de levantarse en la mañana y saborearlo, es como algo indescriptible la sensación que produce, o en la noche antes de acostarse, sin necesidad de un pan ni nada, solo tomar un rico café, o en la tarde oooooo a la hora que sea jejeje, la verdad es que me encanta!!
Saludos ;)
Como me sentí identificada. Creo que todos los cafeteros empezamos disfrutando el café en la mesa de la cocina acompañados de mamá, que nos hacía unos cafés ligeros, con más leche que otra cosa. Yo los acompañaba con medio paquete de galletas Marías.
El café siempre me lleva a recordar mi vida de estudihambre, en alguna cafetería o restorán donde sabíamos sólo se cobraba una taza de café, estudiando, platicando, discutiendo y con el "¿Señorita, me sirve otra taza por favor?"
tss, me hiciste recordar mi etapa de literato, en donde el café era el pretexto para adentrarnos al "mundo literario", incluso llegamos a ir durante horas de clases al Dalí, si ya se éremos un tanto fresas, pero también llegamos a ir a la Nueva Central, muy buen lugar para el ojo quisquilloso de los foto-aficionados.
saludos
Majana: Siempre habra un buen pretexto para un buen cafe... sono como a slogan publicitario, mejor lo registro, jejeje. Y de noche no te quita el suenio? se de personas a las que no, creo que es la costumbre. Saludos mientras disfruto de un cafecito de medio dia.
Ministry: Andale, cafe bien rebajado con leche para ir acostumbrando al escuincle jeje. Que buenos tiempos no? A mi me gustaban con galletas de animalitos. Salud cafeteril.
Savie: Dejame te cuento que el Dali era el punto de encuentro, que padre que hasta la clase la tuvieran ahi. De hecho muchos de los blogeros nos conocimos ahi en el Dali, tuvimos un par de reuniones en ese lugar. Despues que desaparecio, pues nos "tuvimos" que ir al Starbucks, jejeje, solo en un par de ocasiones de nuevo, hace falta otra reunion. Saludos.
El cafe es un tema muy digo de POST que no debe faltar jejeje. No faltan los recuerdos en los que seguro todos nos acordamos de algo de nuestra niñez.
Yo nunca fui a la Nueva Central, yo iba al Café Central, uno que ya ni existe, pero para mi el olor a café siempre lo relacione con el olor de los viejitos jejeje, yo solo tomo café cuando tengo mucho frio y de preferencia descafeinado para evitar las taquicardias, pero antes lo usaba como remedio infalible para quitar el hambre o para ir al baño jajaja.
Ahora para lo que más lo uso es para pintar :)
Saludos!!!
Val: Ese cafe no estaba en la Vicente Guerrero en la zona centro o por esos rumbos? En fin, la cosa es que yo tambien tenia ese recuerdo de "cafe de viejitos". Si te sirve para pintar, pues adelante, yo lo uso para escrbir, sobre todo si es en las manianas y mis ideas no terminan de ordenarse.
Gracias por pasar, saludos.
Ah pero como no Cana, yo tambien hace poco hice un post sobre el cafecin, ire:
http://lasandanzasdelcaballero.blogspot.com/2009/11/un-companero-especial.html
Solo que yo lo uso en la noche, y aunque no me quita el sueño, si me acompaña noche a noche mientras vigilo la entrada a Juaritos. Saludos y que bueno tenerlo de regeso :)
Pues eso es lo malo, si se me quita, procuro que sea descafeinado por lo mismo, pero jeje si voy a un café ni me fijo así que es cuando no puedo dormir :S, pero ahí sigo con mi cafecin, todos los días ah!! Y lo tomo negro ;)
Majana: Esoooo, nada como un cafe "cimarron" pa que amarre, jejejeje. Yo suelo tomarlo asi, con una pisquita de azucar de a mentis, pero cuando es starbucks, cafe mocha venti. Y si, tambien antes de que me de tiempo me lo traen normal y en la noche cuento borregos hasta que se llena el corral, se salen los borregos en manifestacion, etc, etc....
Que bien, no me habia pasado poraqui y descubrir que estas escribiendo de nuevo.
Alguna rara sensacion de retomar el espacio.
Me encanta la idea.
Y sigue disfrutando de tu cafe.
un beso.
Nuri: Mil gracias por tu visita, ya tendremos oportunidad de compartir un cafe, bueno, un te para ti y seguir comentando con los demas blogeros todo esto que escribimos. Gracias por acordarte de este espacio.
yo absurdamente deje el cafe por casi una decada, tambien escribi un post sobre eso http://unminutodevictoria.blogspot.com/2007/10/nada-como-un-caf.html
como que nomas el caballero.. ah! no!
jajajajaja
y bueno una reunion bloguera suena bien... PRONTO
Vicky, ahora resulta que todos escribieron acerca del cafe, jajajja ntc, pero es que si me imagino que es un tema que da para mucho. Cuando pues el cafe de la transnacional de la sirenita verde?
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