Camino
sobre mis cenizas, como cigarrillo consumiéndome a cada bocanada; me desmorono
y las cenizas caen frente a mí.
Y las
piso, porque avanzo en automático, hay que seguir moviéndose, vamos
"pa'lante". Y es ese mismo
movimiento el que me hace consumirme con más rapidez. Las cenizas llegan mientras el fuego se siga
avivando con el aire que genera mi avanzada, ergo el consumo es continuo.
¿La agonía?
no la siento ya… no sé qué duele más, si consumirme en fuego o pisotear con
rabia mis propias cenizas, ya no hay distinción.
Mis
cenizas me sirven de guía, de camino, aunque no tengan plan definido. ¿Seré cigarrillo o puro? Parece que no me consumo tan rápido como
pensaba y las cenizas son cada vez más espesas, el camino se hace engañosamente
mas acojinado, cubre las grietas y me estorba, me hace sombras.
Otro
agujero más en el que caigo sin poder verlo, mi pan de cada día, es "parte
del show". Me estoy acostumbrando a
mis cenizas cada vez más, ya siento que amo ese olor, esa textura gris, ese
polvito fino que se genera al pisarlo. Entre
más fuerte la piso, más brumoso se torna.
Venga,
sigamos consumiendo el cigarrillo, puro o carrujo, que mientras haya cenizas
hay camino y hay viaje...
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